Al menos a juzgar por la concurrencia, el paro parcial de ayer parece haber estado a la altura de las expectativas del movimiento sindical. “Esperamos llenarlo”, había dicho el lunes el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, a la diaria, en referencia al Palacio Peñarol, el lugar donde se llevó a cabo la movilización de la central, con la intención de evitar empañar la protesta por las lluvias anunciadas. Según el sitio web de la organización, respondieron a la convocatoria más de 6.000 personas.

El único orador en nombre de la central, Gabriel Chifle Molina, se jactó de la buena convocatoria. Sostuvo que el PIT-CNT es “la única organización capaz de hacer un acto de esta magnitud” y luego fue un poco más allá: “Me animo a decir que en el mundo nadie es capaz de hacerlo”. Otra historia fue qué acatamiento tuvo el paro en los lugares de trabajo. “Hubo un buen nivel de acatamiento”, aseguró Martín Pereira, integrante del Secretariado Ejecutivo de la central sindical y dirigente de la Federación de Funcionarios de Salud Pública.

Como era de esperar, Molina se centró en los lineamientos salariales aprobados por el gobierno para la negociación colectiva y la inversión pública, en 34 minutos de discurso que lo dejaron al borde de la afonía. Tras denunciar la “contraofensiva del imperialismo para desestabilizar las democracias y los gobiernos”, Molina se metió de lleno en estos dos temas. Dijo que las pautas salariales no son compartidas por el PIT-CNT y que es un “error profundo” que en algunas grupos de los Consejos de Salarios el gobierno haya terminado votando con los empresarios. “En el movimiento sindical no le entregamos la izquierda ni la derecha a nadie. No hay nadie que se pare a la izquierda de este movimiento sindical uruguayo”, exclamó, ante el aplauso y las cornetas del público.

A mal puerto

Los trabajadores de Terminal Cuenca del Plata, uno de los dos operadores del puerto de Montevideo, se declararon en conflicto el fin de semana. El gremio integra el Sindicato Único Portuario y Ramas Afines, que mediante un comunicado denunció que la empresa “contrata trabajadores chilenos para realizar la tarea de los trabajadores uruguayos”. Además, aseguró que “los portuarios son tomados como rehenes por el dueño de esta empresa, porque quiere que el gobierno le renueve el uso de la terminal de contenedores que hoy administra”. El sindicato anuncia que en el “corto plazo” pondrá en marcha un plan de movilización “que, en principio, irá afectando a distintos sectores del puerto”.

Inflación y salario

Buena parte de la disconformidad del movimiento sindical con las pautas salariales se agravó con la inflación, cuyo valor en los últimos 12 meses viene superando el 10% desde febrero. En la medida en que los nuevos lineamientos salariales mantienen los correctivos por inflación a los 24 meses del convenio, la central entiende que las pautas consolidan una pérdida de salario real para los trabajadores. En ese contexto, Molina no dejó pasar inadvertidas las cifras del crecimiento de precios, y criticó que, mientras que en el sector privado se evita que los aumentos salariales se trasladen al consumidor final, “en enero aumentaron las tarifas públicas y nuestras familias empezaron a perder poder adquisitivo”. Además, cuestionó que en el Poder Ejecutivo “nunca le embocaron” al rango meta de la inflación y “le han errado en la proyección” del crecimiento económico de 2015. Luego, reclamó que, en lugar de controlar los salarios, las grandes ganancias y el capital aporten más al país: “Han crecido enormemente en los últimos años y ahora están preocupados, no sabemos por qué”, comentó.

Ante estos reclamos, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, no se privó de dar su versión sobre los lineamientos salariales, a la salida del Comité de Política Macroeconómica del Ejecutivo. Según dijo, no existe pérdida de salario real: “En 2015 hubo un aumento del salario real significativo”, y en los primeros meses de este año, “tanto el poder adquisitivo del salario como de los hogares promedio fue de un crecimiento moderado, pero crecimiento al fin”. Astori destacó que los lineamientos “tienen la flexibilidad suficiente para proponerse, al mismo tiempo, impedir un deterioro de lo que se ha logrado hasta ahora y defender las fuentes de trabajo”.

Keynes o Friedman

Molina también reclamó que el Estado invierta “más y mejor”, dado que eso logrará “disminuir el desempleo”. “No hay que tener miedo al qué dirán. Hay que tener miedo a lo que pensamos desde acá, porque, en definitiva, la única pata social que es capaz de construir futuro y avanzar en los cambios es el movimiento sindical”, advirtió. El dirigente recordó que la central le entregó una propuesta al gobierno sobre inversiones en infraestructura, a financiarse con el uso de parte de las reservas internacionales. “Nos dijeron que no se pueden tocar, pero resulta que tomaron parte de las reservas para controlar el dólar. Al dólar no lo paró ni Peteco. Y, según dicen, va a seguir subiendo”.

Luego se refirió a los recientes asesinatos de trabajadores, y aprovechó para cuestionar el supuesto perfil apolítico de quienes convocaron a manifestaciones públicas por medio de las redes sociales en los últimos días. “Nos duele la muerte de taximetristas, almaceneros y comerciantes. No vamos a dar la espalda, a hacernos los chotos y convocar por Facebook haciéndonos los apolíticos. Ni asexuados, ni apolíticos, ni vegetarianos. Reales. El movimiento sindical uruguayo va a convocar a los trabajadores directamente involucrados en la situación, y, por intermedio de ellos y con el gobierno, buscar soluciones a este problema”.

Finalmente, llamó a no caer en las “guiñaditas con el ojo izquierdo” de algunos sectores políticos, en referencia al senador nacionalista Luis Lacalle Pou, que coincidió con el PIT-CNT en el uso de parte de las reservas internacionales. “Si queremos ver el resultado final, miremos a Argentina”, concluyó.