A partir de la clasificación en siete grupos de lectores y escritores que van desde la educación inicial hasta la terciaria, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) busca tener más insumos para mejorar los aprendizajes de los niños y jóvenes que transitan por el sistema educativo. El Programa de Lectura y Escritura en Español (Prolee) elaboró el libro Pautas de referencia sobre tipos lectores y tipos escritores en español como primera lengua, que plantea una clasificación por ciclos, y no por grados escolares ni por edad. Según explicó María Guidali, coordinadora académica de Prolee, al portal de Presidencia de la República, se optó por esa forma de clasificación para dar “cierto margen de flexibilidad”, ya que “muchas veces no es posible lograr determinados aprendizajes letrados en un año pero sí en un ciclo”. En el libro se plantea una “progresión sistemática” cada tres años, lapso que se establece como un período en el que determinados conocimientos deberían ser consolidados. Eso va en la misma línea de la política definida por la ANEP, que trabaja en la definición de logros de los estudiantes cuando egresan de tercer y sexto año de escuela y de tercer y sexto año de liceo.

Guidali consideró que la situación de los aprendizajes en escritura y lectura entre los estudiantes de la educación pública actualmente “es diversa” y depende de las condiciones en las que los niños y jóvenes realizan su trayectoria. Según agregó, “hay muy buenos resultados en algunos niños y malos resultados en los niños que más preocupan porque pertenecen a sectores de mayor vulnerabilidad”. En ese sentido, los materiales presentan un mapa de progresión que todos los estudiantes pueden cumplir, y se busca que eso sea tenido en cuenta por los docentes que trabajan “con las poblaciones más alejadas del lenguaje escrito”.

La coordinadora de Prolee señaló que se busca que las pautas sean un material de referencia para docentes, evaluadores y técnicos que trabajan en evaluación, y que en particular se pretende que los insumos se usen para el trabajo en el aula y “para hacer más efectivas las intervenciones” docentes. Al respecto agregó que el libro aporta elementos para describir a cada estudiante en términos de lectoescritura y evaluar qué aspectos sería necesario desarrollar en mayor medida para su aprendizaje de los sistemas de escritura, lingüístico y discursivo. Si bien Guidali dijo que estos son elementos que los docentes manejan a diario, consideró que las pautas colaboran “en poner a disposición un abanico amplio de descriptores para que los docentes puedan delinear el tipo de lector o escritor de manera más específica”.

Además, Guidali destacó que las pautas no se compartimentan según los subsistemas, sino que conciben al sujeto como alguien que transita por los distintos subsistemas en una trayectoria “continua, progresiva, cada vez más compleja y que, por tanto, hace asumir a todos los actores la responsabilidad en la formación de los niños y jóvenes como lectores y escritores”.

Luego de la presentación, el presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, Wilson Netto, evaluó que se trata de una síntesis inédita para el trabajo de la lengua materna en el sistema educativo, y destacó su utilidad para la conformación de nuevos elementos de evaluación.