Los integrantes del directorio del Banco de Previsión Social (BPS) concurrieron el martes a la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, para hablar sobre el problema que afecta a los llamados “cincuentones”, personas de entre 51 y 69 años que en 1996 se vieron obligadas a inscribirse a una AFAP y que ahora, al comparar lo que recibirán de jubilación por el sistema mixto y lo que habrían recibido por el régimen anterior, se ven perjudicados. Heber Galli, presidente del directorio del BPS, dijo que son personas “de niveles salariales medio-altos y altos”, que al momento de afiliarse estaban “por encima del primer nivel, que originalmente era de 5.000 pesos y ahora es de 43.000 pesos”.

Antes de plantear alternativas, Galli aclaró que el de los cincuentones “es un problema del sistema mixto: si la rentabilidad de las AFAP hubiera sido más alta -hay que saber que el dinero rinde más cuanto más tiempo está depositado; el dinero más tempranamente vertido en la cuenta rinde más a la hora de establecer la rentabilidad-, si no se hubiesen cobrado desde el inicio comisiones tan importantes -una parte del dinero que los trabajadores vuelcan a las AFAP no va a su fondo de ahorro previsional, sino a comisiones-, y si la tasa técnica que establece el Banco Central no fuera solamente de 1,5%, probablemente no estaríamos hablando de esto”.

Ante los diputados presentaron un estudio de la Asesoría General del BPS, con proyecciones de costos asociadas. La propuesta apunta a reiterar el “período ventana” generado en 2014, pero para los cincuentones: “Es para que estas personas, mediante el análisis de proyecciones, decidan si permanecer en el sistema mixto o pasar al sistema de transición”. El BPS estima que entre 22.000 y 41.000 personas podrían acogerse a ese cambio.

La propuesta, que permitiría a los afectados volver al BPS ahora y no al final de su vida laboral, tendría un costo máximo de 985 millones de dólares en 50 años, contando hasta que se extinga la última jubilación y con varios supuestos sobre la edad de jubilación. Ramón Ruiz, director del BPS en representación de los trabajadores, explicó que al menos en los primeros cinco a siete años esta propuesta no tendría costo, ya que las AFAP remitirían el aporte individual de los trabajadores que se desafilien y la rentabilidad, por lo que en ese período el banco no requeriría asistencia financiera. Según el documento del BPS, del que informó ayer El País, estos montos serían entre 895 y 1.140 millones de dólares, pero el Estado debería asumir la diferencia entre la jubilación que debería pagar por el régimen de transición. Ruiz defendió la propuesta: “Queremos que los fondos vengan lo antes posible al BPS, que [estos trabajadores] dejen de pagar el aporte a las AFAP. Si ya sabemos que les va a ir mal y que después el Estado va a tener que pagar, que empiecen a aportar al BPS ahora”, sugirió.