Desde el jueves 12 hasta el miércoles 18 se llevará a cabo el IV Festival de Cine Europeo, con cuatro funciones diarias en la sala de Life Cinemas Alfabeta, organizado por la Delegación de la Unión Europea. Será una importante muestra internacional, con 15 producciones provenientes de Alemania, Austria, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Francia, Grecia, Polonia, Portugal, Reino Unido y Suecia, entre otros países. A diferencia del año pasado, cuando el programa se dedicó al humor negro, en esta ocasión las películas incluidas presentan más bien un sesgo dramático, a partir de géneros como el documental, el thriller e incluso la ciencia ficción.

El primer día -a las 15.00-, la encargada de la apertura será la portuguesa El cónsul de Burdeos, dirigida por João Correa y Francisco Manso, en la que se reivindica la figura de Aristides de Sousa Mendes. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando era cónsul general de Portugal en la ciudad del título, De Sousa Mendes le facilitó la salida de Francia a una gran cantidad de personas en busca de refugio, desafiando las órdenes de su propio gobierno, que en ese momento estaba en manos del dictador António de Oliveira Salazar, defensor de una neutralidad interesada. Parece que el consulado se convirtió durante dos días en una máquina de expedir visados para un enorme contingente de civiles (estimado por algunos en 30.000) que logró partir, a través de España, hacia Lisboa. Por ese episodio se le llama “el ángel de Burdeos”.

El viernes a las 15.00 se exhibirá Descubriendo a Bergman, un documental de Hynek Pallas y Jane Magnusson, en el que distintos realizadores se aventuran a explicar por qué creen que sus películas figuraban en el archivo personal de Ingmar Bergman. Directores como Michael Haneke -a quien el sueco admiraba-, Martin Scorsese, Woody Allen, Ang Lee y Tomas Alfredson analizan la influencia y el legado del autor de Persona, a partir de un film que, por primera vez, se adentra en su refugio de la isla de Farö. Allí, a mediados de los años 60, fue donde se refugió el cineasta sueco, y es allí donde sus colegas lo repiensan: al grupo se suman el mexicano Alejandro González Iñárritu, el estadounidense Wes Anderson -que despliega una admiración excéntrica- y el danés Lars von Trier, con un homenaje de oscuridad atormentada: “Con Bergman tuve la misma relación que con mi padre. Este murió cuando [yo] tenía 18 años. Mil veces le escribí para hablar con él y jamás me contestó. Hay tantas conversaciones que me hubiera gustado mantener con él... Me molesta su silencio. Lo quiero muchísimo. Lo es todo para mí. ¡Mierda!”.

El mismo día, a las 22.00, llega la joyita del festival: Rascacielos, del británico Ben Wheatley, basada en la novela homónima de JG Ballard. Como se sabe, no es nada fácil adaptar al cine las obras del autor de Crash -que David Cronenberg se encargó de filmar, en 1996-, y mucho menos esta historia sobre la progresiva desintegración social en una torre de apartamentos de alto nivel. El director, mostrando el lado más sombrío y terrorífico de la civilización moderna, ubicó la historia aproximadamente en el año de la publicación del libro (1975), a partir de un relato que transcurre en un extenso flashback, con un reparto que incluye a Tom Hiddleston, Jeremy Irons, Sienna Miller y Elisabeth Moss, entre otros. Así, “Wheatley propone una adaptación más fiel -y al mismo tiempo visualmente muy libre- de una de las novelas decisivas de Ballard, que cuestiona el concepto mismo de ciencia ficción”, se decía en la reseña que publicó la diaria el 3 de mayo.

El sábado se presenta El círculo del amor se rompe, dirigida por el belga Felix van Groeningen, una película durísima y muy recomendada sobre una pareja -ella tiene una tienda de tatuajes y él canta en una banda de música country- y su hija, que cae enferma, quebrando el anterior estado de armonía doméstica. La tragedia desencadena un drama entre la pareja durante el complejísimo momento del duelo.

Al día siguiente, a las 19.45, llega el último trabajo de la danesa Susanne Bier (Te quiero para siempre, Cosas que perdimos en el fuego), cineasta que en su momento se afilió al grupo Dogma 95, iniciado por sus compatriotas Von Trier y Thomas Vinterberg. En Una segunda oportunidad, un policía que acude ante una denuncia de violencia doméstica se encuentra con que la casa de la que provino la llamada pertenece a un delincuente conocido, y que su pareja tiene claros signos de abuso. Ella intenta impedir que el agente abra un ropero donde la pareja esconde a un bebé de meses, en estado de abandono. El policía llevaba una vida perfecta hasta que, de repente, su hijo recién nacido enfrenta graves problemas, y él se ve tentado por la posibilidad de un intercambio.

Además de las mencionadas, se exhibirán, entre otras películas, la croata El camino de Halima (Anton Arsen Ostojic), la española La isla mínima (Alberto Rodríguez) y la griega Qué pasaría si... (Christoforos Papakaliatis). La programación completa se puede ver acá.