Alrededor de 50 ex presos del grupo armado ETA se desvincularon del partido vasco más grande de la izquierda independentista, Sortu, para formar un “nuevo proyecto político de unidad popular” bajo el nombre de Askatasunaren Bidean (Camino de la libertad). Esta formación, que tendrá su asamblea constitutiva el sábado, rechaza el cambio de estrategia de Sortu que, a su entender, “despolitiza” su lucha y deja de lado temas centrales como la amnistía para los presos etarras o la independencia del País Vasco.

Después de intensos debates y desacuerdos, la izquierda independentista vasca -conocida como izquierda abertzale- finalmente se fragmentó. Se prevé que el sábado, el grupo escindido de Sortu anuncie un “nuevo proyecto político de unidad popular” que reclamará más firmeza a la hora de exigir la liberación de los miembros de ETA que continúan presos y la independencia del País Vasco. Askatasunaren Bidean está formado por integrantes de Amnistía Ta Askatasuna (ATA), un sector que lleva meses cuestionando a Sortu por haber abandonado la demanda de amnistía para los presos de ETA como uno de sus ejes políticos.

El nuevo grupo -que no se refirió a sí mismo como partido político- sostiene que “el cambio de estrategia de Sortu” llevó al “movimiento de liberación nacional vasco a una crisis grave y lo debilitó profundamente” al “integrarlo en el sistema”, según publicó la agencia Europa Press. El grupo se refiere a un documento presentado por el partido en 2009 en el que los dirigentes de la izquierda abertzale se comprometieron no sólo con el “fin de la lucha armada”, sino además “con un proceso de carácter político y democrático” que, según los disidentes, tuvo la intención de “despolitizar su lucha”. En el documento, que cita la agencia, los ex presos de ETA denuncian que la transformación la impulsó “una facción reformista” de Sortu y que no fue una decisión “colectiva”. Establecen, además, que su objetivo principal es “mantener la dignidad de la lucha”, aunque sin retomar las armas.

La portavoz de Sortu, Maite Ubiria, dijo ayer a la agencia Efe que su partido “no sabe gran cosa” sobre este “proyecto político” impulsado por el sector más crítico de la izquierda abertzale, excepto lo que se difundió “en la prensa”. Agregó: “Juzgaremos por lo que escuchemos y, sobre todo, por las actuaciones a futuro”. También aclaró que el cambio de estrategia que su partido abordó en 2009 se realizó “de manera democrática, mayoritaria y con un fuerte respaldo”, y que la formación se “mantiene” en “el desarrollo de esos postulados”. Finalmente adelantó que Sortu finalizó en estos días “un debate intenso” del que surgió la propuesta de “abordar un proceso independentista transformador”.

En tanto, el parlamentario y presidente de Sortu, Hasier Arraiz, fue condenado ayer a dos años de prisión e inhabilitación especial por haber formado parte de la ilegalizada Batasuna, que, según los jueces, estaba subordinada a ETA. De esta forma, la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco aprobó el acuerdo que habían alcanzado la fiscalía y la defensa de Arraiz: durante dos años, el dirigente no irá a la cárcel pero tampoco podrá asumir cargos públicos. El líder de Sortu fue juzgado el lunes 9. Ese día admitió ante la Justicia su pertenencia a ETA, por haber formado parte de Batasuna, reconoció “el Estado de Derecho”, declaró su renuncia a cualquier actividad relacionada con el uso de la violencia y se comprometió a “contribuir a la reparación de las víctimas del terrorismo”.