La Justicia egipcia condenó, en una serie de veredictos, a 152 personas que participaron en una manifestación. La protesta, el 25 de abril, fue convocada en rechazo a la decisión del gobierno egipcio de entregar a Arabia Saudita la soberanía de dos islas, Tirán y Sanafir, que tienen una ubicación estratégica en el mar Rojo. La movilización, pacífica, contra la decisión del gobierno de Abdelfatah al Sisi, terminó con 1.200 manifestantes detenidos. La mayoría de ellos quedó en libertad, pero 152 personas permanecieron retenidas bajo custodia policial y el sábado fueron condenadas a penas de prisión de entre dos y cinco años.

Hubo dos juicios diferentes por los cuales los 152 manifestantes fueron acusados de participar en una protesta que no contaba con la aprobación oficial, un delito que es castigado con prisión a partir de una ley aprobada por la actual administración. La norma fue creada para reprimir las movilizaciones de Hermanos Musulmanes, movimiento al que estaba vinculado el presidente Mohamed Mursi, que fue derrocado por Al Sisi.

En el primero de los juicios, 51 personas fueron condenadas a dos años de cárcel, y en el segundo, 101 fueron condenadas a cinco años de prisión. En este último caso fueron acusadas, además, de “integrar un grupo terrorista y perturbar el orden público y la seguridad”, informó el diario español El País. De los 101, 79 deberán pagar una multa de unos 10.000 euros -en un país donde el salario mínimo es de 120- y 54 fueron sentenciados en ausencia.

Se desconoce cuál es el grupo terrorista al que están acusados de pertenecer los manifestantes. La movilización fue convocada en una página anónima de Facebook y el día anterior a que tuviera lugar la organización Hermanos Musulmanes, considerada terrorista por el actual gobierno, llamó a participar. Antes de que se concretara la protesta, la Policía de Egipto detuvo a decenas de activistas, periodistas y ciudadanos, informó la agencia de noticias Efe.

Arabia Saudita y Egipto no informaron formalmente a qué se debió la entrega de las islas Tirán y Sanafir, que fue anunciada a comienzos de abril, cuando el rey saudita Salman bin Abdulaziz visitó Egipto y prometió ayuda e inversiones a ese país.

Las islas son importantes por su ubicación: están donde desemboca el Golfo de Aqaba, sobre el cual tienen puertos importantes tanto Israel como Jordania. La cesión de esos territorios, que estaban bajo control de Egipto aunque su soberanía era discutida, formó parte de un paquete de 16 acuerdos firmados durante la visita de Salman a El Cairo. Según el portavoz del gobierno egipcio, Hossam al-Queish, el acuerdo se logró en 11 rondas de negociaciones, a lo largo de seis años. El discurso oficial es que las islas son de propiedad saudita y que estuvieron bajo vigilancia egipcia desde 1950 a pedido del anterior rey, Abdala bin Abdelaziz al-Saud.

Sin embargo, la oposición asegura que se cedió la soberanía de estas islas, lo cual es leído como una ofensa a la identidad nacional, y como una contrapartida por la asistencia que Arabia Saudita envía y que prometió ampliar en los próximos meses.