La votación en el Parlamento de la reforma tributaria y la de jubilaciones fue acompañada por un paro nacional que empezó el viernes y que afectó, entre otros, a la mayor parte del sector público de Atenas y de otras ciudades griegas que se sumaron de forma parcial.

Tsipras dijo ayer a los legisladores, minutos antes de la votación, que la reforma tiene como objetivo “llegar a un sistema sostenible que garantice las pensiones con justicia social”. Ante el Parlamento, el primer ministro agregó: “Nos comprometimos a reformar el sistema de pensiones sin reducir las pensiones principales y lo conseguimos. El sistema necesitaba una reforma porque es complejo, socialmente injusto y clientelista. Y no corresponde al estado financiero del país”. También afirmó que la reforma es “sostenible sin recortar las pensiones principales” y prometió que “para más de dos millones de jubilados no habrá ni un solo euro de recorte” en sus ingresos.

Finalmente, Tsipras dijo que confiaba en que el Eurogrupo incluirá en su agenda de hoy una “reducción de la deuda griega”, luego de “seis años de austeridad”. Precisamente, el gobierno griego adelantó la votación de la reforma para llegar con los cambios a este encuentro. En la reunión del Eurogrupo participan su presidente, electo por los países de la Unión Europea cuya moneda es el euro, los ministros de Economía y Finanzas de esos países, el presidente del Banco Central Europeo y el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios.

La reforma jubilatoria y fiscal -que el país debe aplicar para poder recibir el tercer rescate financiero- fue aprobada tres días después de que los principales sindicatos de Grecia y distintas organizaciones sociales declararan un paro nacional para manifestar su rechazo.

Desde el viernes hubo paros parciales en el transporte público de Atenas, los trabajadores rurales detuvieron su actividad y el sindicato de periodistas no publicó noticias en ninguno de sus soportes, provocando un “apagón” informativo. A partir de ese día tampoco salieron barcos de pasajeros del principal puerto de la capital, las oficinas de correos no abrieron y en los hospitales públicos sólo se mantuvo el servicio de emergencia.

Las movilizaciones se intensificaron ayer, después de las del viernes y el sábado. La protesta más masiva fue la convocada por el sindicato de trabajadores del sector público frente al Parlamento, a la misma hora en que comenzaba el debate, y que reunió a 10.000 personas, según los datos oficiales.

Con este paquete de reformas, el gobierno de Tsipras pretende ahorrar 5.400 millones de euros anuales y lograr en 2018 un superávit primario de 3,5 % del Producto Interno Bruto, como acordó con sus acreedores.

Grecia necesita los fondos del tercer rescate para pagar préstamos del Fondo Monetario Internacional, bonos del Banco Central Europeo con vencimiento en julio y otras deudas del Estado. Sin embargo, sólo puede acceder a ellos si los acreedores consideran que hubo avances en sus leyes fiscales y de jubilaciones.

La reforma del sistema jubilatorio prevé recortes de jubilaciones suplementarias y el aumento de impuestos. Además, aunque hasta 2018 no toca lo que perciben por mes quienes ya son jubilados, para los que se retiren a partir de este año prevé recortes de entre 15% y 35%, según el monto de la jubilación.

La mayor central sindical del sector privado del país, GSEE (por sus siglas en griego), dijo que las reformas eran el “último clavo en el ataúd” para trabajadores y jubilados que “ya se sacrificaron lo suficiente después de seis años de austeridad”. Un representante de la GSEE dijo el viernes a la agencia Reuters que los ministros de Finanzas de la zona euro “están tratando de demostrar al Eurogrupo que son buenos estudiantes, pero están destruyendo el sistema de seguridad social de Grecia”.

El sábado, sindicatos de policías, guardacostas y bomberos ocuparon la sede del gobernante partido Syriza en protesta contra estas reformas. Después de dos horas de ocupación, salieron del edificio y siguieron su protesta afuera. “La reforma que se debate en el Parlamento elimina las pensiones para las viudas de policías que cayeron en acto de servicio”, dijo ese día un sindicalista a un medio local, en referencia a la restricción de las pensiones a la viudez prevista en la reforma.

La portavoz de Syriza, Rania Svigu, dijo a la agencia Efe que la actitud de los sindicalistas es “inadmisible” y que “la presencia de fuerzas de Policía en la sede de un partido de izquierdas recuerda períodos” que “la democracia ha dejado atrás”.