La discusión de la memoria de 2015 del gobierno en el Senado fue un día después de los anuncios de ajuste de gastos y aumento impositivo, por lo que, pese a las protestas del oficialismo, el debate estuvo centrado en la situación económica del país. La oposición cuestionó al gobierno por realizar un “ajuste fiscal”, cuando durante la campaña electoral había prometido no aumentar la carga tributaria. El senador colorado Pedro Bordaberry dijo que “ya en 2013” la oposición advirtió que había que cambiar el rumbo de las empresas públicas y no se le prestó atención, y ahora, a raíz de una “herencia de despilfarro y desorden”, “hay que ajustarse los cinturones, y empiezan por los trabajadores y los jubilados”.

Bordaberry afirmó que el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, “está perdiendo la credibilidad de los agentes económicos”. El nacionalista Jorge Larrañaga coincidió en que “hay un problema de credibilidad”. “No se puede decir una cosa en la campaña electoral para obtener un resultado y después relativizarlo”, cuestionó, y también coincidió en que hubo “11 años de despilfarro económico”.

Larrañaga sostuvo que el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF) grava en mucho mayor medida a las rentas de trabajo (1.278 millones de dólares en 2015) que al capital (213 millones de dólares), y anunció que interpelará a Astori por pegarle un “guascazo” a la gente. Concluyó que estamos ante un “gobierno progresista que aplica recetas neoliberales”.

El nacionalista Luis Alberto Heber reclamó que “no se le tome el pelo” a la ciudadanía diciendo que las promesas de campaña se están cumpliendo porque no estamos ante nuevos impuestos. “Esto es un desastre, y hay dos caminos: o le mintieron al pueblo, o son incapaces. Creo que hasta prefiero la primera opción”, afirmó.

El senador del Partido Independiente Pablo Mieres cuestionó la “soberbia” del gobierno y afirmó que desde hace tiempo se advertía al equipo económico que era necesario hacer un ajuste a la baja.

La memoria anual del gobierno compiló en más de 700 páginas las políticas desarrolladas en 2015, pero el centro de la discusión -que duró seis horas- en el Senado pasó, además de por la situación económica, por la seguridad pública y la educación. “¿Ni una línea se dedica al aumento de los homicidios, a la promesa de bajar 30% las rapiñas que se hizo en campaña electoral? [...] Gastamos cuatro veces más y tenemos más homicidios, más rapiñas y más hurtos”, cuestionó Bordaberry. En cuanto a la educación, el senador colorado objetó que se le dedique “un solo párrafo” de la memoria anual, cuando Uruguay está “primero en América en desigualdad educativa”. Larrañaga manifestó que “aquí se prometió el cambio de ADN de la educación”. “¿Y qué cambió? Se cambió a los que venían a cambiar las políticas”, agregó, en referencia a las renuncias del director nacional de Educación, Juan Pedro Mir, y del subsecretario Fernando Filgueira.

En cambio, Bordaberry, Mieres y Larrañaga valoraron que en política exterior “el gobierno va en el camino correcto”.

Por la positiva

Bordaberry propuso algunas medidas alternativas al aumento del IRPF. Por ejemplo, paralizar la construcción del Antel Arena, que significa 80 millones de dólares, suspender el ingreso de funcionarios públicos por cinco años, hasta que la situación económica mejore, y bajar los sueldos del presidente, los ministros, los subsecretarios y los legisladores. “Bajémonos los sueldos. ¿No nos da vergüenza subirles el IRPF a los que ganan 30.000 pesos? Bajémonos las partidas”, sugirió. El frenteamplista Marcos Otheguy dijo que estaba de acuerdo con bajar los sueldos a los legisladores y que redoblaría la apuesta. “Pongamos arriba de la mesa las cuentas bancarias, las propiedades y las tierras. Bienvenido al socialismo, señor Bordaberry”, comentó. “Es al revés. Bienvenido al batllismo: no les ponga más impuestos a los trabajadores”, le respondió Bordaberry.

Ni ajuste ni mentira

El FA destacó las políticas de combate al lavado de activos, la inversión en salud pública, la descentralización y las partidas para los gobiernos departamentales, el mantenimiento del crecimiento económico, la reducción de la desigualdad y el aumento del empleo, entre otros aspectos de la gestión. Sobre las críticas a la situación económica, los legisladores del FA argumentaron que los anuncios del lunes no constituyen un ajuste fiscal y que el gobierno no le mintió a la ciudadanía en la campaña electoral, cuando prometió no aumentar la carga impositiva.

La senadora Constanza Moreira (Casa Grande, FA) dijo que las características de un ajuste fiscal son las pautas salariales a la baja, el recorte del gasto público -en particular, del gasto público social- y la privatización de los activos públicos, y que ninguna de esas tres condiciones se cumple en este caso. Además, señaló que es una falacia que los aumentos impositivos conlleven una retracción del consumo, porque “hubo una reforma tributaria y ha aumentado el consumo todo el tiempo”.

Rafael Michelini (Nuevo Espacio, FA) destacó que no se recortarán las políticas sociales y afirmó que durante la campaña electoral se pensó que la carga tributaria de aquel entonces bastaba para ejecutar las políticas. Luego “ocurrieron muchas cosas; nuestros tres principales clientes [China, Brasil y Argentina] están en una situación complicada”. Y en referencia a las afirmaciones de la oposición respecto de que se advirtió al gobierno de la situación económica compleja, Michelini preguntó: “¿Nos dijeron que iba a cambiar el gobierno de Brasil, que iba a caer cuatro o cinco puntos la economía de Brasil, que el petróleo iba a estar a 25 dólares?”. “El tema es si el gobierno reacciona o no reacciona”, agregó. La senadora socialista Mónica Xavier acotó que los organismos internacionales también se equivocaron en sus proyecciones, “y no se puede decir que haya sido por motivos electorales”.

Michelini dijo además que “ni lo de ANCAP, ni lo de Pluna, ni el tornado [en Dolores] explican el déficit corriente” del país. “Tabaré y Astori generan una gran confianza; no la erosionemos”, reclamó.

Enrique Pintado (Asamblea Uruguay, FA) consideró que “hay un deseo hormonal de la oposición de que la situación económica del país termine en la ruina, por un propósito meramente electoral”. Afirmó que nadie podía prever lo que pasaría en Brasil y acotó que hay “algunos que sueñan con un impeachment a la uruguaya y hablan de mentira y corrupción”.

Larrañaga comentó un diálogo que tuvo con José Mujica (Movimiento de Participación Popular, FA) en el ambulatorio de la sala. Según el senador nacionalista, el ex presidente le dijo, en referencia a las medidas tomadas en la crisis de 2002, que “aquel era un ajuste”. Larrañaga recordó que en 2002 se realizó un ajuste de 230 millones de dólares, “con un Producto Interno Bruto chiquito”, y que el que propone ahora el gobierno es de 500 millones de dólares. Por su parte, Marcos Otheguy (Lista 711, FA) rechazó la comparación: dijo que en 2002 el sistema financiero “colapsó” por la falta de controles y que “antes se ponía un impuesto a los sueldos que pagaban todos los trabajadores, o se aumentaba el IVA”, mientras que “hoy hay una filosofía distinta”.

Hubo otros diálogos en el ambulatorio. “No nos perdonan una, con todas las que nosotros les perdonamos”, le comentó un legislador oficialista a un compañero de bancada. “El Banco Hipotecario, por ejemplo”, le respondió el otro, y entraron a sala con murmullos de desaprobación hacia la oposición.