Las conversaciones tuvieron lugar hace unos meses, en una fecha no especificada, informó el diario Folha de São Paulo, que accedió a los audios pero no reveló quién los entregó. Las mantuvieron Jucá, en ese entonces senador y presidente interino del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), y el entonces presidente de Transpetro, una de las subsidiarias de Petrobras, Sérgio Machado. Hoy Jucá es ministro de Planificación del Ejecutivo de Temer, y Machado es uno de los investigados por sus presuntos vínculos con la red de corrupción de Petrobras.

De acuerdo con Folha, Machado está intentando llegar a un acuerdo con la Fiscalía para dar a conocer lo que sabe sobre este esquema y obtener una reducción de la pena, pero la cadena O Globo dijo que la propia grabación es resultado de un acuerdo que ya existe, y que Machado grabó a Jucá y a otros dirigentes del PMDB. Si bien Jucá también aparece como uno de los políticos investigados por la Operación Lava Jato, no ha sido convocado a declarar.

En los audios, justamente, Machado aparece preocupado por el avance de esa causa judicial. Dice frases como “todo el mundo va a hablar”, en referencia a los acuerdos judiciales, o afirma que los operadores judiciales “quieren sacar a todos los políticos [...] sacar a todo el mundo”. Finalmente advierte: “Me parece lo siguiente: si no hay una solución a corto plazo, nuestro riesgo es grande”. Machado fue detenido en diciembre para que declarara ante la Justicia, y luego fue liberado.

En la conversación, Jucá intenta tranquilizarlo y le plantea que “tiene que cambiar el gobierno para poder detener esta sangría”, en una aparente referencia a las investigaciones sobre políticos. “Tiene que haber un impeachment. No hay salida”, dice en otro momento. Más adelante agrega que sólo el presidente del Senado, Renan Calheiros, está en desacuerdo con el juicio político contra Dilma Rousseff porque “no le gusta Michel” Temer ni el entonces presidente de Diputados, Eduardo Cunha. Además, menciona que los líderes del Partido de la Social Democracia Brasileña, opositores en ese momento, también están de acuerdo con la jugada política.

La transcripción de los audios, publicada también por Folha, tiene varios tramos que no se entienden, ya sea porque el audio es inaudible o porque se hacen referencias que no quedan claras. Por ejemplo, Jucá dice a Machado: “Conversé ayer con algunos ministros del Supremo [Tribunal Federal]. Ellos dijeron que sólo tiene condiciones de [inaudible] sin ella”, en referencia a Rousseff. Agrega: “Estoy conversando con generales, comandantes militares... Está todo tranquilo, ellos dicen que van a dar garantías”. No especifica para qué.

La publicación del contenido de las conversaciones telefónicas generó varias repercusiones. En el ámbito judicial, ministros del Supremo Tribunal Federal y el juez Sérgio Moro, que lleva adelante la Operación Lava Jato, recordaron que la Justicia es independiente de los otros poderes y advirtieron que el cambio en el Ejecutivo no podrá frenar las investigaciones. Por su parte, partidos políticos que están fuera o dentro de la coalición de gobierno de Temer pidieron que Jucá sea castigado por lo que dijo en las conversaciones con Machado. Los líderes de Demócratas pidieron que sea apartado de su cargo como ministro. Dirigentes del Partido de los Trabajadores dijeron a los medios brasileños que el contenido de estas conversaciones revela cuál era el objetivo del “golpe” contra Rousseff orquestado por Temer.

Después de asegurar durante todo el día que no renunciaría a su cargo, y de que el presidente en funciones dijera que quiere escuchar sus explicaciones antes de definir su futuro, Jucá anunció que pedirá licencia como ministro hasta que la Fiscalía se pronuncie sobre su situación.