Mostrando una superioridad aplastante de principio a fin, Hebraica y Macabi derrotó anoche a Defensor Sporting 97-72 en el Palacio Peñarol y redondeó un marcador final de 4-2 en la serie decisiva de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB).

El panameño Michael Hicks, con 29 puntos, Luciano Parodi, con 20, y Leandro García Morales, con 19, fueron las principales figuras del equipo dirigido técnicamente por Leonardo Zylberstein, que llegó a su quinta consagración en la máxima categoría del básquetbol uruguayo. El logro de anoche se suma a los títulos obtenidos en los campeonatos federales en 1975, 1977 y 1994 y a la LUB 2011-2012.

La noche había arrancado muy bien para Hebraica, que se impuso a lo largo de todo el partido y en todos los aspectos del juego sobre un desconocido Defensor Sporting y terminó ganando el primer cuarto 24-10. Los auriazules dominaron en los rebotes, tanto en ataque como en defensa, además de ser efectivos en el cesto rival. El equipo de Gerardo Jauri pareció ausente y prácticamente no había lugar para destacar a algún jugador en el chatísimo rendimiento colectivo, en una de las peores actuaciones no sólo en las finales sino en toda la temporada.

La tónica del partido siguió siendo la misma en el segundo cuarto. Con el panameño Hicks como figura, bien secundado en el goleo por Parodi y García Morales, el macabeo llegó a sacar 28 puntos de ventaja, aunque un parcial de 11-0 -con dos oportunísimos triples de Marcos Cabot- metió de vuelta a Defensor Sporting en el partido.

El primer tiempo se cerró con un tanteador 53-34 favorable a Hebraica, una diferencia acorde a lo que había sido el desarrollo del juego, en el que las virtudes de uno se potenciaron con las deficiencias del otro. En el reinicio las cosas siguieron más o menos igual, aunque un leve repunte de Defensor Sporting en el final del tercer cuarto le posibilitó una sobrevida para llegar con alguna chance al último período, que arrancó con los macabeos adelante 73-58.

Pero el inicio del último cuarto terminó de sentenciar el duelo, porque la ineficacia de Sporting para meter algunos puntos que lo arrimaran, más la presión del reloj, rápidamente inclinaron la balanza hacia el lado hebreo. El último cuarto fue un trámite, y en los cinco o seis minutos finales, la atención en el Palacio Peñarol se centró más en los festejos del público macabeo que en lo que estaba pasando dentro de la cancha.

Hebraica era uno de los favoritos antes del comienzo del torneo; en la cancha demostró ser el mejor, y la inobjetable victoria de anoche lo terminó de confirmar.