Alrededor de medio millón de militares y miembros de milicias civiles participaron el fin de semana en los entrenamientos que ordenó Maduro para hacer frente a las “amenazas” internas y externas que, según sostiene, pretenden derrocar a su gobierno. Las prácticas, que se desarrollaron en siete estados, incluyeron el desempeño de unidades de defensa antiaérea en el terreno, acciones ante el desembarco de tropas enemigas y ante eventuales ataques a instalaciones del sistema eléctrico.

El sábado, mientras presenciaba los entrenamientos militares en el estado de Vargas, Maduro dijo que Venezuela está “preparada” como “jamás lo estuvo” para hacer frente a una “invasión” y a “procesos internos de conmoción y desestabilización”. Afirmó que para prevenir hechos de ese tipo “la clave es estabilizar el país derrotando la guerra económica y la guerra criminal paramilitarizada”. En el discurso, que fue transmitido en cadena nacional por radio y televisión, el mandatario agregó que a pesar de que el país se ve “amenazado” está “estable, integrado, unido y en batalla, con una democracia sólida, vigente, de plenas libertades, con un pueblo soñando y forjando su futuro”.

Maduro también aclaró que Venezuela “no se mete con nadie” pero que “los fusiles están donde tienen que estar”. A la vez, afirmó que la “guerra económica”, que a su entender enfrenta, no es más que un “bombardeo de ablandamiento” por parte de la oposición y de sus aliados internacionales para lograr “una confrontación interna” que no tendrá lugar, ya que “el gobierno protege al pueblo”. Finalmente, se refirió a Estados Unidos como “el imperio” que “sueña con dividir”, “fragmentar” y “debilitar” a la Fuerza Armada venezolana, que es “eminentemente chavista”.

El comienzo de las prácticas militares se produjo días después de que el mandatario decretara el estado de excepción y la emergencia económica, que le brinda “el poder suficiente” para, precisamente, enfrentar un golpe de Estado en su contra o prevenir planes de una intervención de “ejércitos extranjeros”, según establece el texto. El líder opositor Henrique Capriles dijo que, en Venezuela, la única guerra que hay que declarar “es contra el hambre que está pasando el pueblo”.

La oposición venezolana, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), insiste en que buscará vías democráticas para adelantar la salida de Maduro del poder, y por eso espera que el Consejo Nacional Electoral valide las firmas que presentó para activar el referéndum revocatorio del mandato del presidente. El viernes, la MUD reiteró que el ente electoral está buscando “excusas” para invalidar las casi dos millones de firmas que logró reunir la oposición. Consideró que el gobierno busca retrasar así el trámite para que la consulta no pueda concretarse antes de fin de año. “¿Cuál es el miedo?”, dijo Capriles el sábado. “Vamos a consultarle al pueblo y que el pueblo decida”, agregó.

Maduro dijo el viernes que mediante el referéndum revocatorio, la oposición pretende “generar las condiciones para calentar las calles y justificar un golpe de Estado o una intervención extranjera”. El chavismo también acusa a la oposición de haber recurrido a medidas “fraudulentas” en la recolección de las firmas, como la inclusión de datos de personas fallecidas o la utilización de la misma huella digital con los datos de más de un ciudadano.

Después de un “cacerolazo” multitudinario, la noche del jueves, contra el decreto del estado de excepción y a favor del referéndum revocatorio, Capriles advirtió mediante su cuenta de Twitter: “No vengas después con el llanto de que te quieren derrocar, Maduro, ¡el pueblo te quiere revocar!”.