Hijo de una familia de artistas y músicos de Viedma (Río Negro, Argentina), Lisandro Aristimuño desembarcó en Buenos Aires a mediados de los años 90, y comenzó entonces un largo camino artístico en el que parece no detenerse nunca.

Aunque se lo identifique con la Patagonia, en realidad grabó todos sus discos (ocho en total, si se cuentan como dos los del álbum doble Las crónicas del viento -2009- y los últimos trabajos En concierto I y En concierto II, de 2015, en los que se repasan canciones de toda su carrera con versiones actuales y con arreglos especialmente creados para las presentaciones en vivo registradas) cuando ya se había instalado en la capital argentina, donde se terminó consagrando como uno de los mayores representantes del nuevo indie local que surgió durante la última década.

Empezó como artista de covers, y después se convirtió en cantautor, integrando a sus composiciones ritmos folclóricos y electrónicos junto a toda la tradición del rock argentino. También ha sido productor musical de artistas como Liliana Herrero y Fabiana Cantilo. En lo que tiene que ver con su trayectoria, los reconocimientos nunca se han echado en falta: el año pasado, por ejemplo, el gran jurado de los premios Konex lo distinguió como una de las cinco mejores figuras de la última década de la música popular argentina, en la categoría canción de autor.

Ahora, mientras prepara un nuevo disco en estudio, Aristimuño vuelve a Montevideo, unos meses después de haber participado en el homenaje a Alfredo Zitarrosa, cuando con Martín Buscaglia interpretó una inesperada versión de “Los dos criollos”. Está realizando una serie de presentaciones de los ya mencionados discos En concierto, y en ese marco estará este miércoles a las 21.00 en el Auditorio del SODRE, junto a su banda.