Tal como viene ocurriendo desde el año pasado, el comercio exterior registró una nueva baja en su actividad. El menor crecimiento de la economía china y la caída significativa del precio de la soja son algunos de los factores que se señalan como responsables del fenómeno, algo que, según la Unión de Exportadores, constituye un hecho “grave”. “Hasta ahora siempre usábamos a China y sus pésimas condiciones laborales como un ejemplo del rumbo a seguir. Pero ahora que los chinos están creciendo cada vez menos, tenemos que modificar el discurso, y andamos cortos de ideas”, aseguró un representante de la gremial.

En el gobierno preocupan especialmente los efectos que puede tener esta situación sobre el resto de la economía. “Tenemos que aceptar que todo esto nos agarró por sorpresa. Nosotros estábamos apostando a que el precio de los commodities iba a seguir creciendo en forma indefinida”, aseguró un integrante del equipo económico. El Poder Ejecutivo conformó un grupo de trabajo interministerial que se encargará de elaborar un “plan de contingencia”. “La idea es apostar a la incorporación de valor agregado a las cadenas de producción, para no depender tanto de los precios internacionales de las materias primas, y, de paso, mejorar las condiciones de trabajo de la población. Como ya están apareciendo dificultades en la economía, esperamos que este nuevo paradigma esté instalado antes de fines de junio y empiece a hacer sentir sus efectos antes de las vacaciones de julio, que es uno de los momentos del año en que la gente gasta más. En ese sentido, tener un Producto Interno Bruto per cápita similar al de los países nórdicos nos vendría muy bien”. Según explicó la fuente consultada, “el grupo de trabajo estará integrado por los ministerios de Economía y Finanzas, Trabajo y Seguridad Social, Educación y Cultura, y Ciencia y Tecnología, que aún no existe, pero lo vamos a crear y esperamos que esté funcionando a pleno dentro de 15 días”.