No sólo el canciller Rodolfo Nin Novoa, invitado como exponente al tradicional almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), asistió ayer al complejo Punta Cala. El ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, la ministra de Turismo, Liliam Kechichián, el subsecretario de Defensa, Jorge Menéndez, y el equipo económico en pleno, encabezado por el ministro de Economía, Danilo Astori, concurrió a la exposición denominada “Tendencias globales en materia de comercio”, en la que Nin detalló las principales líneas de la inserción internacional del país.

Los asistentes, el presidente de ADM, Jorge Abuchalja, e incluso el moderador del evento, el director del semanario Búsqueda, Claudio Paolillo, se mostraron en sintonía con el canciller. Paolillo felicitó a Nin por su “alegato formidable” y le deseó “buena suerte” en la difícil tarea de convencer a algunos sectores del Frente Amplio (FA) de que otra inserción internacional es posible. “Todavía hay quienes se oponen a estos cambios, hay que convencerlos”, le respondió Nin.

De todos modos, el canciller evitó referirse a las diferencias internas dentro de la coalición gobernante, y al igual que lo hizo en la última reunión de la agrupación de gobierno del FA, en varios pasajes de su discurso citó textualmente fragmentos de las bases programáticas de la coalición de izquierda.

Nin admitió que hubo un cambio en la percepción de la inserción internacional del país y consideró que esto se debe a que “la realidad ha cambiado”. Al inicio de su exposición, caracterizó esta “nueva realidad”: un descenso del comercio internacional de 14% en 2015 respecto a 2014, escasos avances en las negociaciones multilaterales, incremento “desmesurado” de barreras no arancelarias, consolidación de la inserción mediante Cadenas Globales de Valor, creciente relevancia del sureste asiático, nuevos modos de negociación y escasa estabilidad en el precio de las materias primas. En este marco, “es inevitable que los países se esfuercen por lograr mejores condiciones de acceso” a los mercados, señaló.

Calificó como “especialmente dramático” el cambio de escenario a partir de la suscripción del acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos, denominado Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por su sigla en inglés), y del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, también por su sigla en inglés), y sostuvo, citando el programa del FA, que esto obliga a los países latinoamericanos a “redimensionar sus políticas comerciales”. Hizo notar que la suscripción del TTP determina, por ejemplo, que Nueva Zelanda, competidor directo de Uruguay en términos de producción, podrá acceder a cinco mercados a los que hoy no accedía, entre ellos los de Estados Unidos, Canadá y Japón. La carne bovina de Nueva Zelanda ingresará en seis años con arancel cero a Estados Unidos. Se vuelve de esta forma “un competidor enormemente difícil de superar bajo estas condiciones”, advirtió Nin. Sostuvo que si se realiza una proyección a 20 años en este escenario, Nueva Zelanda terminará especializándose en satisfacer a los segmentos más altos de la demanda, y Uruguay deberá resignarse a venderles productos con menor valor agregado a los segmentos menos exigentes.

Nin comentó que “parece ser que el miedo que les tenemos a las negociaciones” es a que el país sea “avasallado”, pero afirmó que en la mesa de negociación de estos acuerdos “todos los países tuvieron oportunidad de plantear sus intereses” y en algunos casos se establecieron disposiciones diferenciadas en función de los intereses de cada país. Dijo que un eventual ingreso de Uruguay al TPP podría generar un escenario de “desbalance comercial” para el país pero, al mismo tiempo, si hay un “cambio en la competitividad externa” y si se produce “más y mejor”, se puede lograr un balance comercial favorable. Consultado respecto a cuándo Uruguay dará el paso de ingresar al acuerdo, el canciller recordó que los países que no estuvieron en las negociaciones no pueden hacer solicitudes de ingreso hasta dentro de dos años.

En cuanto al Mercosur, sostuvo que la pertenencia al bloque es “incuestionable”, pero que el Mercosur “no es un dogma”. Explicó que Uruguay procura, hacia adentro del bloque, flexibilizar la norma que obliga a negociar en conjunto con terceros en materia de aranceles para que se permita la suscripción de acuerdos marco que habiliten avanzar a distintas “velocidades”. El canciller valoró que Argentina y Paraguay están en una línea similar a Uruguay en este sentido y que la situación de Brasil es “diferente”. Informó que ya tuvo una conversación con José Serra, canciller del presidente interino Michel Temer, y que Serra “siempre fue un poco crítico del Mercosur”.

Por otra parte, anunció que el 29 de junio Uruguay firmará con Chile un acuerdo de profundización del ya vigente Acuerdo de Complementación Económica (ACE) Nº 35 y se buscará “robustecer” el Tratado de Libre Comercio con México.

No se gustaron

El 11 de mayo el Mercosur y la Unión Europea (UE) intercambiaron sus ofertas de acceso a mercados, en el marco de las negociaciones entre ambos bloques de cara a un eventual acuerdo de libre comercio. Nin sostuvo que, si bien la UE pretende excluir la carne bovina y el etanol de los beneficios, los restantes productos agrícolas “están en la lista”. De todos modos, admitió que al Mercosur “no le gustó mucho” la oferta europea. “Pero a ellos tampoco les gustó la nuestra”, acotó.