Es la primera vez, en 22 años, que República Dominicana votó de forma simultánea a las autoridades públicas de todos los niveles: presidencial, parlamentario y municipal. Podría ser la primera vez, además, que el país asista a una reelección presidencial.

Aunque se presentaron otros candidatos, las encuestas de intención de voto concluían que la competencia se daba entre Medina, quien aspira a un segundo y último gobierno para “terminar lo que empezó” -según reiteró en sus actos de campaña- , y Abinader, un empresario que es 20 años menor y que representa a un partido con dos años de existencia. El gobernante PLD se autodefine como “liberal” y de “centroderecha”, mientras que el PRM se presenta como “socialdemócrata” y de “centroizquierda”. Sin embargo, sus programas y propuestas no son muy diferentes.

Tal vez por esa razón Abinader enfocó su campaña en las acusaciones de corrupción vinculadas con una planta de energía entregada en concesión al Grupo Odebrecht. Se investiga si esta empresa le pagó al jefe de campaña de Medina, João Santana, con fondos desviados desde Petrobras en cuentas offshore. Medina no hizo comentarios sobre este tema pero admitió que el brasileño es su principal asesor. De la gestión de Medina, también se cuestiona la repatriación de miles de personas de origen haitiano -país vecino de República Dominicana-, una iniciativa que tiene respaldo popular pero es condenada por grupos defensores de los derechos humanos. Además, aunque República Dominicana tiene la economía de crecimiento más veloz en América Latina, las tasas de pobreza subieron a 41% en el primer año del mandato de Medina, según datos del Banco Mundial.

Aun así, el último sondeo de intención de voto, elaborado por la empresa CID Latinoamérica, concluyó que Medina ganaría ayer con 63% de los votos, lo que evitaría una segunda vuelta electoral, que tendría lugar en junio. Sus seguidores le atribuyen el crecimiento económico de los últimos años y aplauden los proyectos sociales, entre los cuales se destacan el alto gasto dedicado a la educación y a los servicios de salud. La misma encuesta ubicó en segundo lugar a Abinader, con 31% de apoyo.

“No estaré satisfecho hasta que el progreso alcance a todos, cuando el crecimiento signifique una mesa llena de comida para todos. Cuando una economía sustentable signifique cada vez más trabajos de calidad e ingresos dignos para las familias”, dijo el jueves Medina -que, además de político, es economista- en un acto de cierre de su campaña. Cuando Abinader fue a votar, ayer, dijo que se sentía “muy optimista” y aseguró que “estaba en juego” el “futuro de República Dominicana”.

El PLD está en el poder desde 2004. Los partidos opositores insistieron, durante la campaña, en la idea de que el país necesita “un cambio”.