El ataque ocurrió en la madrugada del domingo, cuando más de 300 personas celebraban una “noche latina” en un boliche gay de Orlando, en el estado de Florida. Según las autoridades, el atacante ingresó a ese lugar a las 2.00 y disparó durante varios minutos. Como resultado, murieron 50 personas y otras 53 fueron heridas. Después de los disparos, el agresor retuvo por tres horas a quienes no lograron escapar, hasta que las fuerzas de seguridad irrumpieron en el lugar y, luego de un tiroteo, pudieron reducirlo. El atacante, identificado como Omar Mateen, un estadounidense de origen afgano, tenía una pistola y un rifle de asalto, según informó ayer el jefe de la Policía de Orlando, John Mina, en una conferencia de prensa.

Las razones que llevaron a Mateen a matar a esas personas todavía se investigaban anoche, aunque varias pistas lo vinculan con EI. La cadena NBC informó ayer que las autoridades tienen registrada una llamada al 911 en la que el atacante, de 29 años, declara su “lealtad” al grupo jihadista un rato antes de iniciar el tiroteo. Unos minutos después de divulgada la llamada, EI asumió la autoría del ataque en un comunicado difundido por la agencia de noticias Amaq, vinculada a la organización. “El ataque armado contra un club nocturno de homosexuales en la ciudad de Orlando en el estado estadounidense de Florida [...] fue perpetrado por un combatiente del Estado Islámico”, señala el texto. Sin embargo, la responsabilidad de ese grupo no había sido confirmada anoche por Estados Unidos.

Un funcionario del FBI, Ron Hopper, pidió a los medios que la información fuera manejada con cuidado y que no se sacaran conclusiones mientras la investigación continuara abierta. Hopper confirmó la existencia de la llamada al 911 e informó que Mateen fue investigado en dos ocasiones por el FBI, en 2013 y 2014, por posibles vínculos con grupos terroristas, aunque en ese entonces “no constituía una amenaza”. Según el agente del FBI, Mateen había hecho “comentarios incendiarios a sus compañeros de trabajo que dejaron entrever su posible lazo con terroristas”, lo que llevó a las autoridades a abrir una investigación que se cerró al poco tiempo “por falta de pruebas”.

Para el presidente Barack Obama, el ataque en Orlando “fue un acto de terrorismo y un acto de odio”, llevado a cabo por una “persona llena de odio”. En una declaración desde la Casa Blanca, el mandatario prometió que las autoridades “descubrirán por qué y cómo” fue cometida esa matanza, y envió sus condolencias a las víctimas y a sus familiares.

Obama agregó que el de ayer fue “el ataque a tiros más letal en la historia” de Estados Unidos. Según datos del portal Mass Shooting Tracker, se trata del tiroteo masivo número 173 desde que comenzó el año, una cifra que inquieta a Obama, que vio frustrados sus esfuerzos de controlar la venta de armas en el país, y que se encuentra a siete meses de terminar su mandato.

La familia del atacante no cree que Mateen haya estado conectado con células jihadistas. Su padre, Mir Seddique, dijo que el ataque “no tiene nada que ver con la religión” y que, en cambio, pudo haber sido motivado por la homofobia. Relató a NBC que hace dos meses, durante una visita a Miami, Mateen se enojó cuando vio a dos hombres besándose, y cree que eso pudo haber provocado la matanza en un local frecuentado por homosexuales.

En la carrera

La masacre de Orlando tuvo lugar en plena campaña electoral y generó reacciones de todos los candidatos. El primero en pronunciarse fue el republicano Donald Trump. El empresario, que quiere impedir la entrada de musulmanes a Estados Unidos si se convierte en presidente, exigió actuar con “dureza e inteligencia” contra el “terrorismo radical islámico” y pidió la renuncia de Obama. “Necesitamos proteger a todos los estadounidenses, al margen de su origen y creencias, del terrorismo radical islámico, que no tiene lugar en una sociedad abierta y tolerante”, dijo. Sobre Obama, afirmó que en su discurso sobre el ataque el presidente “se negó incluso a decir las palabras ‘islam radical’” y que “por esa sola razón debería renunciar”.

La candidata demócrata Hillary Clinton también se refirió al ataque en un comunicado en el que lo califica de “acto terrorista” y “de odio”, en la misma línea de Obama. La ex secretaria de Estado se solidarizó con “las personas LGBT” y les prometió “continuar luchando por su derecho de vivir libre, abiertamente y sin miedo”. Finalmente, Clinton hizo referencia a la necesidad de “asegurar que las armas como las que fueron usadas” en ese ataque “jamás caigan en las manos de terroristas y otros criminales violentos”.

Bernie Sanders, que compite contra Clinton en las primarias demócratas, dijo a la cadena MSNBC que el ataque fue “terrible” e “impensable”. Además, el senador rei- teró su apoyo a la prohibición de la venta de rifles de asalto y pidió una reforma de la ley de posesión de armas en el país.

En Estados Unidos, junio es el Mes del Orgullo Gay y hay actividades programadas todos los días. Ayer, el desfile del Orgullo Gay en Los Ángeles empezó con un minuto de silencio en memoria a las víctimas del ataque en Orlando. Un rato antes, la Policía había arrestado a un hombre armado que planeaba ir a ese desfile. Según el diario Los Angeles Times, la Policía encontró rifles de asalto, munición y posibles explosivos en el auto del individuo, y una cantidad indeterminada de una sustancia que puede ser empleada para fabricar explosivos caseros. Las autoridades aseguraron que no había conexión entre este hombre y el ataque de Orlando.