“Las delegaciones del gobierno nacional y las FARC informamos a la opinión pública que hemos llegado con éxito al acuerdo para el cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo”, anunciaron ayer los negociadores colombianos en un comunicado conjunto emitido en la capital de Cuba, sede de las negociaciones desde 2012. Las partes aclararon que los detalles del acuerdo, tales como los protocolos del cese del fuego y la ratificación del pacto, se darán a conocer hoy en La Habana, en un acto que concluirá con la firma de Santos y Timochenko.

También participarán en la ceremonia el presidente de Cuba, Raúl Castro, y el canciller de Noruega, Borge Brende, los dos países garantes del proceso de paz colombiano. En representación de las naciones que acompañan el proceso, Chile y Venezuela, estarán presentes sus presidentes, Michelle Bachelet y Nicolás Maduro. También asistirá el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

La firma de este punto, llamado “fin del conflicto”, incluye otros aspectos fundamentales para este proceso, como la entrega de armas por parte de la guerrilla, las garantías de seguridad “para los combatientes”, la lucha contra el paramilitarismo y la persecución de las “conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz”, según señala el documento difundido ayer. A la vez, establece las zonas en las que se concentrarán los guerrilleros para el desarme y el destino final del armamento. Una vez que la guerrilla esté concentrada, está previsto que comience a operar un sistema de justicia transicional, aunque todavía no están claros los detalles sobre su implementación y posterior incorporación a la legislación colombiana.

Después de la firma del cese del fuego, quedará pendiente establecer el mecanismo de ratificación del acuerdo, un punto en el que todavía no hay consensos, ya que el gobierno insiste en someterlo a un referéndum y las FARC reclaman que se establezca una asamblea constituyente. También habrá que negociar cómo será la participación de la guerrilla en la política colombiana, un aspecto que los negociadores pospusieron hace unos meses.

Carlos Antonio Lozada, uno de los representantes de las FARC en La Habana, comenzó a publicar en Twitter mensajes con el hashtag #ElÚltimoDíaDeLaGuerra desde primera hora de la mañana de ayer, antes de que se hiciera el anuncio. En pocos minutos, la consigna se hizo viral.

Los negociadores permanecerán en Cuba hasta el 5 de julio con el fin de lograr un acuerdo definitivo, o al menos para dejar resueltos los asuntos más relevantes. El lunes, Santos aseguró que la paz con las FARC podría estar firmada para el 20 de julio, día de la independencia de Colombia. Para esa fecha, el mandatario confía en que la Corte Constitucional haya aprobado la celebración del referéndum.

La reacción de los demás

El anuncio de la firma del acuerdo para que cesen las hostilidades en Colombia fue aplaudido por varios líderes de la región. El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper, dijo ayer que lo que se firma hoy “es la antesala de la paz” en Colombia. Por su parte, Luis Almagro, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, celebró lo que calificó como un “histórico acuerdo” y recordó que “construir paz es una labor constante”.

En tanto, el presidente de Bolivia, Evo Morales, publicó en Twitter: “Este era el único y ojalá sea el último conflicto armado en el continente americano”. Bachelet, por su lado, habló de un “hecho histórico”, mientras Ollanta Humala, el mandatario saliente de Perú, felicitó a las partes involucradas en el proceso por un acontecimiento “que hará posible la paz”.

El gobierno de México también celebró “el camino hacia una paz definitiva” en Colombia, que “dará por terminado uno de los conflictos armados más añejos del continente”.

Por su parte, el canciller de El Salvador, Hugo Martínez, aseguró que el cese del fuego en Colombia “permitirá consolidar” la democracia en América Latina porque “coloca a la región como una zona de paz”, frente “a un mundo muy turbulento”. En una entrevista con la radio estatal, Martínez dijo que el gobierno salvadoreño recibió “solicitudes puntuales” de Colombia para “compartir la experiencia” de pacificación que transitó su país despues de su propio conflicto interno, y agregó que 30 miembros de su Ejército formarán parte de la Fuerza de Mantenimiento de la Paz en Colombia.