“El desarrollo ha de ser ambientalmente sostenible o simplemente no será desarrollo”, dijo el presidente Tabaré Vázquez en cadena nacional el 1º de marzo del año pasado, cuando anunció los objetivos para el período, entre ellos la creación de la Secretaría Nacional de Medio Ambiente, Cambio Climático y Agua, cuyas atribuciones quedaron plasmadas en un decreto que se publicó ayer.

El nacimiento de la secretaría ya estaba previsto en la última Ley de Presupuesto. Para el gobierno es un “paso intermedio” hacia el objetivo de un ministerio que se encargue de esos temas, según reconoció el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, en noviembre del año pasado ante la Cámara de Senadores. “Entendemos que no hay condiciones políticas ni financieras para hacerlo en este momento”, aclaraba, sin embargo.

La secretaría tendrá un rol articulador entre instituciones estatales, a partir de preocupaciones del Poder Ejecutivo sobre las tensiones entre el desarrollo productivo y la protección de los recursos naturales. Esos dos objetivos generan, a veces, “diferencias de visión” entre los ministerios, dijo a la diaria Carlos Colacce, el hombre elegido por Vázquez para encabezar la secretaría, según se había anunciado en marzo. “Hay algunas diferencias de visión: la secretaría va a asumir su rol de tratar de ser una ayuda para todos esos ministros que están manejando temas vinculados a lo medioambiental. A veces los ministerios tienen una visión más volcada a la productividad”. Colacce recuerda que cuando visitó Copenhague para asistir a la conferencia sobre cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas de 2009, le llamó la atención que los presidentes de las delegaciones de la mayoría de los países eran ministros de Economía.

Ingeniero civil y frenteamplista independiente, Colacce estuvo al frente del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) y también de OSE y, según dice, vio desde adentro cómo la falta de articulación dentro del Estado puede ser un obstáculo. “Cuando era ministro de Vivienda identifiqué que había tres contratos de cooperación internacional vinculados a la calidad de agua en tres ámbitos distintos”, cuenta, y argumenta que Presidencia es el “ámbito razonable para abordar asuntos que están muy fragmentados”.

El decreto que apareció ayer aclara que este nuevo ámbito no se superpondrá con la actuación de otros organismos del Estado. Era un reparo que el Partido Nacional había presentado en la discusión del Presupuesto. La senadora blanca Carol Aviaga fue una de las voces en contra de que se creara la secretaría en el ámbito del Poder Ejecutivo y, por ende, fuera del control parlamentario. “¿Quién va a dirigir? ¿Va a ser la Dirección Nacional de Medio Ambiente o esta secretaría la que maneje los recursos?”, preguntó retóricamente en diálogo con la diaria. Para la legisladora, se trata de un movimiento inconstitucional -porque desborda las atribuciones de Presidencia- y de un “retroceso en el derecho ambiental”.

El nombramiento de Colacce es “inminente”, pero aún no se instaló en el espacio que tiene reservado en la Torre Ejecutiva; aclara que está armando un “pequeñísimo grupo de trabajo” de entre cinco y seis funcionarios de perfil técnico, algunos de ellos funcionarios estatales que llegarán vía pases en comisión, por lo que no representarán gastos extra.

El cambio climático es una de las preocupaciones centrales del futuro secretario, en particular lo que se conoce como “variabilidad”, o sea, el aumento de frecuencia e intensidad de los fenómenos a causa de los daños a la atmósfera que generó la mano del hombre. Lluvias, vientos y sequías son algunos de los enemigos que obligan al país a trabajar en recursos de riego para cuando falta el agua, y alertas tempranas para cuando sobra y hay inundaciones. La nueva secretaría deberá coordinar también con el Ministerio de Economía y Finanzas la administración de fondos no reembolsables o créditos “blandos” para mitigar los daños que generan los cambios en el clima. También preocupa la presencia de fósforo en los cursos de agua, efecto secundario de la producción ganadera.

El decreto crea también otros dos ámbitos: el Gabinete Nacional Ambiental (GNA) -integrado por el presidente de la República o un funcionario designado, el titular de la nueva secretaría y los ministros de Vivienda, Ganadería, Industria, Defensa, Salud Pública y Economía-, encargado de elaborar una política ambiental integrada, y el Sistema Nacional Ambiental -conformado por el presidente, el GNA, la OSE, el Instituto Uruguayo de Meteorología, el Sistema Nacional de Emergencias, el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático y Variabilidad, y también la Secretaría de Medio Ambiente-, que deberá implementar esas políticas. Colacce agrega en la ecuación el contacto con la academia, los privados y las organizaciones sociales, que será permanente.