Ayer terminó su trabajo el panel ciudadano encargado de analizar la situación del Hospital de Clínicas (HC). El jurado, integrado por cinco personas de distintas profesiones, no dio un dictamen, sino que presentó públicamente la investigación sobre el derrotero del hospital para llegar a su situación actual, convocó a una gran variedad de actores involucrados en la vida del centro de salud y analizó posibles alternativas a futuro sobre la pertinencia de que ingrese al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS).

La iniciativa fue del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) y se adoptó como metodología el juicio ciudadano, que tiene dos antecedentes en Uruguay, aunque estos no estuvieron vinculados a temas de salud: hubo uno sobre energía nuclear y otro sobre minería a cielo abierto. 26 personas se presentaron a la convocatoria, diez de las cuales finalmente integraron el panel ciudadano. En los seis meses de trabajo, cinco desistieron (la participación no incluía ninguna retribución a los jurados). Rodolfo Levin, director del Instituto de Higiene, destacó que los jurados eran “legos” en relación con el conocimiento específico sobre el HC, pero tras el estudio de materiales, entrevistas en profundidad con actores claves, un seguimiento estricto de las noticias de prensa y varias jornadas de debate llegaron a elaborar un documento en el que vertieron sus opiniones.

Debate abierto

En la audiencia realizada ayer en la sala del Impo participaron 20 expositores de diversos ámbitos. Miguel Fernández Galeano, ex subsecretario del Ministerio de Salud Pública (MSP), hizo una autocrítica respecto de por qué no se incorporó, desde su creación, en 2007, el HC al SNIS: “Haber dado por sentado que el HC formaba parte del sistema por una cosa implícita de la ley fue un error, habría que haber escrito dos o tres artículos explícitos”. En cambio, Daniel Olesker, que era director general de Secretaría del MSP cuando se creó el SNIS, dijo que no se sentía culpable: “Peleamos por estos mecanismos [de inclusión del HC] y hubo una discusión fuerte con la conducción de la política económica y con la conducción del HC y de la Facultad”. Martín Rebella, que concurrió en representación del MSP, dijo que “no hay responsabilidades únicas, sino que son compartidas entre el Ejecutivo y la Udelar, que no hemos logrado concretar la inserción del hospital”, pero reafirmó el compromiso de la cartera por “integrar el HC”.

Desde el panel plantearon que 95% del presupuesto del hospital proviene de la Udelar y el restante 5% del convenio de complementación de servicios con ASSE; que 90% de los pacientes del HC son usuarios de ASSE, y que, si bien 60% de la planta física del edificio está dedicada a servicios asistenciales, 77% del presupuesto se destina a ellos y 23% a tareas de formación e investigación. Entre las alternativas previstas para que el HC integre el SNIS plantearon que el hospital brinde el primer nivel de atención y que reciba cápitas del Fondo Nacional de Salud como el resto de los prestadores, o que se convierta en un prestador de servicios (para otras instituciones públicas o privadas) de interconsultas y servicios altamente especializados, por medio de los centros de referencia.

Distintos actores sostuvieron que el HC está llamado a cumplir el rol de ser una institución con varios centros de referencia, institutos con alta tecnología altamente especializados, por su carácter de formador de recursos humanos y por pertenecer al sector público. También llegó ese reclamo desde los usuarios. Marta Pérez, de la Asociación de Trasplantados, señaló: “No gasten en pintar las paredes. Capaz que nosotros las pintamos, pero queremos que el hospital se convierta en centro de referencia. No hay médicos que sepan tratar con trasplantados. Quienes tienen enfermedades raras o son trasplantados no precisan medicamentos de miles de dólares, sólo conocimiento”.