Ayer fue un día clave para conocer el rumbo que adoptarán los partidos políticos españoles después de unas elecciones que arrojaron resultados no previstos por las encuestas -como el crecimiento del PP, la caída del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Ciudadanos y el fracaso de la coalición Unidos Podemos- y conformaron un Parlamento fragmentado. En este escenario, el PP gana en número de escaños pero no alcanza la mayoría absoluta que le permitiría gobernar sin pactar con otras organizaciones políticas. Los partidos opositores con mayor representación parlamentaria -PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos- analizaron, cada uno en su sede, los resultados del domingo y cómo van a seguir de ahora en más.

Rajoy también se reunió con la dirección del PP y anunció una ronda de contactos con el resto de los partidos, que está prevista para cuando regrese de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas, que empieza hoy y termina mañana. El presidente en funciones dijo ayer, en una conferencia de prensa, que el crecimiento del PP “legitima” su liderazgo, y comunicó a las demás organizaciones políticas: “Mi mano sigue estando tendida para formar ese gobierno que garantice la estabilidad que España necesita”.

La representación parlamentaria de los partidos no varió demasiado con respecto a las elecciones de diciembre. El Parlamento se mantiene fragmentado y el bloqueo de los partidos a facilitar un gobierno del PP -que logró 137 escaños de 350- parece repetirse. Rajoy dijo ayer que espera llegar a un acuerdo dentro de un mes para formar un gobierno de coalición y adelantó que su primera propuesta va a estar dirigida al PSOE, que logró 85 escaños. El mandatario aclaró que no descarta “absolutamente nada” para lograr su investidura, incluso un pacto con Ciudadanos, que consiguió 32 escaños, y con los nacionalistas vascos (cinco escaños) y canarios (uno), que dejaría al PP a un escaño de la mayoría absoluta. También dijo que una situación en la que ningún partido quisiera pactar con el PP y los españoles tuvieran que votar por tercera vez “sería algo verdaderamente inaudito”. En su opinión, “sería una irresponsabilidad verdaderamente antológica”. La formación de un nuevo gobierno es “urgente” porque el gobierno está “en funciones” desde hace “más de seis meses” y “no se ha aprobado ni un solo proyecto de ley”, dijo Rajoy. Por eso tendió la mano a “los partidos moderados”, excluyendo a Unidos Podemos, al que ya calificó varias veces de “extremista”.

Pero la oposición no está dispuesta a respaldar al candidato del PP. “No vamos a apoyar la investidura de Rajoy ni nos vamos a abstener” para facilitar su acceso al gobierno, dijo ayer Antonio Hernando, portavoz del PSOE. “Le toca a Mariano Rajoy dar el primer paso, y no estamos dispuestos a que sea el PSOE el que tenga la presión”, insistió después de una reunión de la dirección del partido en la que su líder, Pedro Sánchez, transmitió esta decisión. “Si Rajoy quiere hablar, que lo haga con sus afines ideológicos”, agregó Hernando.

Pero nada es seguro todavía: el PSOE convocó un comité federal para el 9 de julio, que determinará la posición del partido. Los socialistas se enfrentan, además, a posturas opuestas dentro de sus propias filas, según señalaron ayer distintos medios españoles.

Unidos Podemos, en tanto, insiste en que la única forma de evitar un nuevo gobierno de Rajoy es pactar con el PSOE, siempre y cuando se excluya del acuerdo a Ciudadanos. “Nuestras bases ya han votado a favor de no apoyar el acuerdo con Ciudadanos [...] Si además de un presidente socialista se hubiera propuesto un programa socialista habríamos llegado a un acuerdo”, dijo ayer el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique. “No vamos a validar con nuestro voto la continuidad de la austeridad y el sufrimiento”, agregó. Más tarde, el candidato presidencial de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, dijo a los canales españoles La Sexta y Antena 3 que la coalición, que obtuvo 71 diputados, “siempre tendrá tendida la mano para el diálogo con todas las fuerzas políticas, especialmente las progresistas”.

Ciudadanos, por su parte, reiteró ayer las líneas estratégicas que anunció durante la campaña para negociar la formación de gobierno. El líder de este partido de derecha que logró 32 diputados, Albert Rivera, confirmó que no apoyará la continuidad de Rajoy en el Palacio de la Moncloa, aseguró que no participará en alianzas con partidos nacionalistas y reiteró que apostará por un acuerdo “a tres” con el PP y el PSOE. “Queremos cambios y reformas; si no las hay, estaremos en la oposición”, dijo. “Hay escaños suficientes para reformarlo todo. Hace falta que el PP y el PSOE dejen de darse la espalda mutuamente”, concluyó.

Si Rajoy no consigue la investidura, quedarían dos vías para evitar unas terceras elecciones: que el PSOE se abstenga en la votación para investir al candidato del PP o que Sánchez insista en un acuerdo con Podemos y Ciudadanos. Por ahora, ambas parecen poco factibles.