-¿Cómo viene la preparación para Río?

Nicolás Cuestas (NC): -Viene muy bien. No pensábamos estar tan fuertes ahora. Estamos arrancando la preparación con muchas ganas, recuperándonos de algunos dolores que no nos permitían correr tanto. Yo llevo casi un año compitiendo a alto nivel. Él [hace referencia a su hermano], un poco menos, porque estuvo con una lesión y se le acortó el plazo. Pero estamos en un nivel muy parejo; nunca nos había pasado que estuviéramos tan iguales entrenando y compitiendo, y eso nos genera buenas sensaciones. Dentro de dos semanas nos vamos a Cuenca, en Ecuador, a entrenar en la altura; es un fase muy importante, porque si entrenás bien allá, cuando volvés al llano notás los beneficios.

-¿En qué cambia el entrenamiento en la altura?

Martín Cuestas (MC): -En verdad, la principal ganancia cuando volvés al llano después de semanas es la oxigenación del cuerpo. Pero lo que nos varía más que nada a nosotros es el trabajo de carrera en montaña. Ahí estamos sólo para entrenar, comer y dormir, en doble turno, los siete días de la semana. Podemos acumular un montón de kilómetros y eso fortalece mucho la preparación.

-¿Cómo es el circuito que van a correr en Río de Janeiro?

MC: -Por lo que nos dijeron, el circuito abarca la mitad de la costanera y dos o tres vueltas dentro de un parque. Posiblemente no tenga grandes pendientes ni desniveles. Va a ser un circuito bastante simple, pero lo que puede jugar en contra es el clima, el tema de la humedad y si hace mucho calor.

-¿Les afectan mucho esas condiciones?

NC: -Nosotros tenemos la particularidad de que el calor no nos afecta demasiado, porque generalmente hasta en verano entrenamos cerca del mediodía porque tratamos siempre de dormir ocho o nueve horas y de estar bien descansados. Estar acostumbrados a entrenar en ese horario con cualquier clima te da un plus. No nos interesa tanto cómo son el circuito y el clima, pero sí llegar fuertes. Si vos llegás bien y estás habituado a ciertas cosas, la carrera es como un día normal de entrenamiento.

-¿Cómo esperan que sea la carrera?

NC: -Vamos a tener la chance de entrenar con Aguelmis [Rojas] y esperamos poder hacer la carrera como equipo, estar los tres en el mismo nivel para que ninguno tenga que correr solo. Se va a dar que los argentinos y los chilenos tienen el mismo nivel que nosotros. Nadie va a buscar correr solo esta carrera, y al ser sudamericanos podemos charlar con ellos y planificar a qué ritmo van a correr, para ver si nos sirve tratar de hacer un pelotón medio grande.

MC: -El objetivo primordial que tenemos es hacer la mejor carrera posible. Bajar el tiempo sería lo mejor, y sería un logro conseguir la marca para ir al Mundial de Londres, que es nuestro próximo objetivo. Eso y entrar entre los mejores sudamericanos. Mantener el nivel que tenemos nos da otra categoría: estar compitiendo en el atletismo de alto nivel, donde están los mejores. Por eso es importante ir al Mundial, porque está al mismo nivel que los Juegos, incluso un poco más.

-¿Qué tan posible es ser top 10?

NC: -Creo que por ahora no es posible. Sí puede pasar que nos metamos entre los 30 o los 20, porque en estas carreras pasa de todo. Hay gente que sale a buscar al pelotón de punta y termina reventando; eso pasa mucho en las carreras de gran nivel. Creemos que haciendo una buena carrera podemos entrar bastante adelante y ganarle incluso a gente que tiene mejores marcas que nosotros. Esa es la idea. Contamos con que el clima juegue a nuestro favor, que complique a algunos europeos y africanos que están habituados a un clima mucho más seco. Quieras o no, Montevideo es húmedo y el lugar a donde vamos a ir a entrenar también. Creemos tener esa ventaja y vamos a salir a correrlos, sin desesperarnos.

-Pudieron entrenar afuera en las últimas temporadas. ¿Les sirvió para la marca?

NC: -Sí, porque enganchamos dos períodos de altura en dos meses y nos sirvieron muchísimo. Es lo que va a pasar ahora. Yo bajé a fines de abril y ahora nomás, dos meses después, voy a enganchar de nuevo sin haber parado de entrenar fuerte.

-Alcanzaron la marca cuando poco se hablaba de ustedes.

MC: -Nadie se lo esperaba. Muy poca gente sabía que teníamos posibilidad de hacerla, no que la íbamos a hacer; son dos cosas distintas. Porque es distinto saber que podés y después sufrís algún contratiempo, como un calambre o algo así. Estamos muy contentos porque hacía mucho tiempo que un maratonista no se clasificaba a los Juegos Olímpicos. Después de cuatro ciclos, que son 16 años. Es una alegría muy grande. No sólo para nosotros, sino para todo el ambiente del atletismo.

-¿Cómo juegan los contratiempos en la mente durante una maratón?

MC: -Yo corrí dos veces en Buenos Aires. En 2014 tuve que parar 500 metros antes de la meta. En 2015 tuve que parar en los kilómetros 36 y 41, y perdí casi un minuto entre ambas. Me dio para llegar con un poco de resto a la marca. Nicolás, también en el kilómetro 38, sufrió un contratiempo que le hizo bajar un poco el ritmo y se le fueron unos segundos por eso. En esta prueba el cuerpo va avisando, pero tenemos la fortaleza mental de saber que entrenamos muy bien. Cuando estaba llegando al kilómetros 20 ya quería abandonar y estaba pensando en correr en España, pero el cuerpo aguantó el palo y, pese a los calambres, hasta el 36 venía con tiempo, sabía que tenía que mantener cierto ritmo. Al correr con GPS sabés exactamente el ritmo al que vas: mientras no bajara de cierta velocidad sabía que estaba adentro. En la llegada, los últimos 200 metros llegué casi caminando, porque ya no quería más nada. Pero la fortaleza mental que adquirís entrenando es muy grande y la cabeza está muy fuerte, por más que te duela todo.

-¿Cómo se maneja el riesgo de forzar una lesión?

MC: -Los calambres que te aparecen son por fatiga: el músculo, de tanto esfuerzo, se acalambra, pero no llega al nivel de lesión. El cuerpo te avisa; parás, estirás y después te deja seguir un poco más. Hay veces que no te queda otra que parar.

-¿Hace cuánto comenzaron a prepararse para correr maratones?

MC: -El plan de correr la maratón surgió con la mejora de las marcas, en 2013. Logramos mejorar los 30 minutos y corrí en 1:05.48 la media maratón. Recién entonces las cuentas nos daban para correr la maratón en 2:17 o 2:18. Ahí nos pusimos a pensar que la única forma de ir a los Juegos Olímpicos era haciendo la marca en la maratón. Después de estar todo 2013 y 2014 entrenando volúmenes un poco más grandes, yo debuté en 2014 en la maratón de Buenos Aires, en la que obtuve un resultado bastante bueno, y decidimos ir en 2015 por el intento de clasificarnos. Entrenamos para eso y, por suerte, se nos dio.

-Tras clasificarse a Río de Janeiro ustedes continuaron corriendo en pista. ¿Eso afecta la preparación de la maratón?

NC: -Cuando vas a preparar una maratón, en este caso la de Río, desde octubre del año pasado sabíamos que teníamos que mejorar todas las marcas base, desde los 1.500 metros hasta la media maratón. Mejorando todas las marcas vas a quedar más rápido y en el momento de hacer las cuentas vas a tener un plus de uno o dos segundos por kilómetro que, llevado al total de la maratón, es muchísimo. Esa fue la idea. Ahora vamos a tratar de meter entrenamientos más fuertes y largos para la maratón y ver qué pasa en la prueba.

-¿Cuánto tiempo de crecimiento creen que tienen en este tipo de prueba?

MC: -Es difícil saberlo. Este año nos sorprendieron bastante los registros que hemos conseguido, entonces no sabemos hasta dónde podemos llegar. Si me decís a nivel de carrera, aspiramos a un ciclo olímpico más, por lo menos. Recién tenemos 29 años, para los próximos llegaremos con 33 casi 34 e incluso es posible otro ciclo más. Aguelmis Rojas hizo la marca ahora, con casi 38 años. Para la larga distancia y más para la maratón, cuanto más maduro estés, más beneficios tenés. Ya hiciste toda tu limitación de pruebas cortas en velocidad, entonces lo único que te queda es llegar a un nivel de velocidad para maratón.

-¿Cómo han vivido desde adentro el crecimiento del atletismo uruguayo, que para estos Juegos rompió el récord de atletas clasificados?

NC: -Se ha notado muchísimo desde el apoyo hasta la cantidad de marcas y la cantidad de atletas que van a torneos internacionales, ya sean menores o mayores. Al último Sudamericano de mayores fueron 11 atletas y al Iberoamericano pasado también, y se trajeron seis medallas. Además, vos venís a la pista un fin de semana cualquiera y está lleno de gurises corriendo velocidad o medio fondo. Eso hace que se lleven selecciones más numerosas y también que se pueda hacer planificaciones para atletas que buscan resultados.

-¿Cómo viven como hermanos el hecho de trabajar a la par y pasar tanto tiempo juntos?

NC: -Tenemos buena sintonía, a tal punto que hubiera sido una desgracia que se clasificara uno y el otro no. Prácticamente hacemos todo juntos. Este año nos tocó separarnos porque cada uno se fue a vivir con su novia, pero hasta hace dos años vivíamos y hasta trabajábamos juntos.

-¿Cuánto tiempo les lleva preparar una maratón y cuánto les implica la recuperación?

NC: -Preparar la maratón depende de si estás fuerte al momento de prepararla o si primero te tenés que fortalecer para después prepararte. Generalmente nosotros trabajamos sobre 12 semanas. Si estamos mejor, mejor aun, y cuando estamos más o menos tenemos que meterle más. La recuperación depende de cómo termines. Por ejemplo, yo en Buenos Aires terminé muy bien y descansé una semana, y prácticamente al mes estaba corriendo fuerte de nuevo. A veces lleva un poco más. Y si lo hacés de a poco, empezando por las carreras más cortas, es mejor, porque vas juntando kilómetros. Depende mucho de cómo hacés la maratón. Los atletas de elite, que corren para buscar marcas, si ven que no están bien a mitad de competencia se tiran para afuera y buscan, dentro de la proximidad, otra carrera a futuro que les pueda servir para su objetivo. No se revientan corriendo cuando terminar la carrera no es una buena opción.

-Tienen un régimen muy exigente de entrenamiento porque el deporte que hacen lo requiere. ¿Se consideran profesionales?

MC: -No, porque tenemos que trabajar además de entrenar. Somos funcionarios policiales. Desde hace años corremos. Empezamos por diversión y, a medida que fuimos obteniendo resultados, nos metimos más. Por suerte, se nos está acomodando mucho para poder hacer las dos cosas a la vez, pero lamentablemente acá no podés vivir del deporte, a no ser del fútbol o del básquetbol. Es todo a pulmón.

-A veces somos el mundo al revés: al atleta siempre se le exige, ya sea una marca, clasificarse a tal competencia o ganar medallas, y después de que la consigue recién se le da un apoyo o aparecen los espónsores, cuando ese apoyo tendría que darse antes para que un atleta sólo se enfocara en conseguir objetivos.

MC: -Es así. Nosotros pensábamos que eso sólo pasaba acá, pero hemos hablado con amigos atletas de otros lados y en todos los países es igual; incluso en algunos es peor que acá. Por suerte, a las pocas semanas de haber obtenido la marca nos otorgaron la beca hasta los Juegos, y es una plata más que agarrás para estar más tranquilo durante la preparación. Una cosa es entrenar para clasificarte y otra es entrenar para estar en una prueba a la que te clasificaste, pero lamentablemente hay veces que hay que romperse todo para clasificar y después es cuesta arriba.

NC: -Lo que pasa es que no hay recursos. No se puede solventar todo, y eso es entendible. A veces da bronca, y dicen o decimos: “Siempre la plata va para los mismos”, pero el tema es que si ellos no ganan medallas, la plata no viene para la federación. Entonces la federación tiene que optar entre dar chances a alguno en especial o jugársela por los que pueden ganar medallas para que entre más dinero. De todas maneras, cada vez viaja más gente a competir afuera o en los Sudamericanos. Ocho años atrás, viajar era prácticamente impensado. Tenías que hacer las marcas, que eran muy duras, y todavía no sabías si te llevaban. Hoy eso ha mejorado.