El 8 de octubre de 2013, ANCAP y la petrolera francesa Total firmaron dos contratos de otorgamiento de áreas para la exploración y explotación de hidrocarburos en los denominados bloques B1 y B2, ubicados mayormente en el departamento de Artigas y en el norte de Salto. El contrato es por 30 años y hasta ahora no se conoce públicamente. El movimiento Uruguay Libre presentó una solicitud de acceso a la información pública a ANCAP para conocer los términos del acuerdo, pero el ente negó los datos y, en cambio, les envió a los solicitantes un decreto -ya de por sí público- que establece el formato tipo de estos contratos.

Por este motivo, y al igual que lo hizo en relación con el contrato de ANCAP con la petrolera estadounidense Schuepbach Energy, Uruguay Libre recurrirá en los próximos días al Juzgado de lo Contencioso Administrativo, dijo a la diaria Raúl Viñas, integrante de la organización.

En su página en internet, ANCAP indica las primeras acciones a las que se comprometió Total: estudio ambiental, análisis de datos de pozos existentes y nuevos, análisis geoquímico y petrofísico de potenciales rocas madre provenientes de pozos o de aforamientos, modelaje de cuenca para ver la madurez de las potenciales rocas madre, integración de los resultados obtenidos en un contexto semirregional, localización de zonas de interés y análisis o reprocesamiento de algunas líneas sísmicas a seleccionar.

Viñas dijo que ANCAP negó información del contrato alegando que allí se detallan “las formas en que la empresa piensa explotar el petróleo”. Consideró que sobre este punto “no hay ningún secreto” y que no es la información que a la organización le interesa. “Nos interesa saber a qué se comprometió el país. En los próximos 30 años, ¿qué dijimos que le íbamos a dar a esta empresa, quién se va a encargar de las diferentes etapas y cuáles van a ser los beneficios?”, explicó Viñas.

En 2012, Uruguay Libre logró acceder, también mediante una demanda judicial y previa denegatoria del gobierno (que alegaba la existencia de cláusulas de confidencialidad) a los contratos de ANCAP con Schuepbach Energy. Esta empresa ha tenido a su cargo la realización de tareas exploratorias en el bloque Piedra Sola (Tacuarembó, Durazno, Paysandú y Salto) y el bloque Salto. Viñas explicó que al movimiento le interesa ver la diferencia entre los contratos de exploración y explotación firmados en la parte acuática y en la parte terrestre, porque les preocupa la posibilidad de que el país se exponga a juicios internacionales por cláusulas contenidas en el contrato. Recordó que se le dio esa posibilidad a Schuepbach Energy Uruguay SRL. “El contrato de Schuepbach no se firmó con Schuepbach, se firmó con una SRL como la que puede tener uno mismo para manejar un quiosco. A esa SRL le dimos la potestad de que si no le gusta lo que hacemos, nos lleve a un tribunal internacional. Ahí esta el secretismo de los contratos. Esperemos esta vez tener suerte en el Poder Judicial, como ya tuvimos antes, y poder ver qué es lo que está pasando”, indicó el activista.

El contrato con Schuepbach establece que cualquier desacuerdo entre ANCAP y la empresa sobre asuntos técnicos o económicos relacionados con el acuerdo deberá resolverse entre las partes, y de no ser así, se compondrá un tribunal ad hoc y regirá el Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional.

Esperando con fe

La ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, dijo ayer a la prensa que en dos semanas se conocerá si hay posibilidades de hallar petróleo en el país. Aclaró que por el momento no hay “ninguna información de la empresa [el consorcio que integran Total, ExxonMobil y Statoil]”. “Están haciendo su trabajo. Nosotros entendemos que ha sido un proceso muy bueno. Vamos a esperar la realidad y, en función de eso, vamos a actuar”, señaló.