España va a vivir sus segundas elecciones en menos de seis meses y los partidos adoptan nuevas estrategias, apuntando a los votantes y también a las posibilidades de acuerdos el día después. Esto es más que notorio en el caso de Unidos Podemos, la alianza formada entre Izquierda Unida y Podemos que lleva a Iglesias como candidato a la presidencia del gobierno. Mientras que en la campaña anterior Iglesias atacó a los líderes del PP y el PSOE, en esta mantiene sus ataques hacia el primero pero modera los dirigidos al segundo. Después de las elecciones de diciembre, el PSOE y Podemos mantuvieron conversaciones para lograr un acuerdo y formar un “gobierno progresista”, pero este quedó descartado cuando Sánchez optó por pactar también con Ciudadanos.

Iglesias dejó clara desde el principio su intención de volver a intentar un acuerdo con el PSOE. “No va a haber nuevas elecciones. Hay dos opciones: un gobierno con el PP en el Ejecutivo, o uno progresista en el que estemos nosotros y el PSOE”, dijo el candidato. Pero la retirada de Podemos de la mesa de negociaciones después de los comicios anteriores estaba muy presente anoche: Sánchez reprochó en más de diez ocasiones a Iglesias que en la sesión en la que él podría haber sido investido el líder de Podemos votó por el “No” junto con el PP.

Cuando Iglesias presentaba sus propuestas, Sánchez le respondía que iniciativas similares se pueden encontrar en su programa de gobierno y que él no respaldó que las llevara adelante como presidente cuando tuvo la oportunidad. “Podríamos estar en el Congreso debatiendo una reforma constitucional”, dijo en un momento, en referencia a una de las propuestas en las que ambos partidos están de acuerdo.

Sánchez se dedicó la mayor parte del debate a enfrentarse mano a mano con Rajoy -lo logró en algunos momentos-, con el respaldo de Ciudadanos en algunas ocasiones, en especial cuando se habló de corrupción. Pero el líder socialista también dirigió ataques a Iglesias. El candidato de Podemos abrió el tramo dedicado a la corrupción repasando los casos que afectan al PP, y cuando Sánchez tomó la palabra, le dijo que le llamaba la atención que no incluyera en el listado casos que afectan a Podemos. Estos ataques también eran secundados por el líder de Ciudadanos, quien, por ejemplo, en un momento le dijo a Iglesias: “Usted no propone […] no tiene ningún modelo más que derogar lo que han hecho el PP o el PSOE”.

Iglesias respondió. En el caso de Rivera, se limitó en un par de ocasiones a contestarle que estaba mintiendo, pero en el de Sánchez fue más contundente. “No soy yo, Pedro: el adversario es Rajoy”, dijo en una de las oportunidades. “Nuestra mano va a seguir tendida para un gobierno progresista”, afirmó. “Agradezco la mano tendida, señor Iglesias, pero antes suelte la del señor Rajoy”, respondió Sánchez, y agregó que el PP y Podemos son ideológicamente distintos pero “coinciden en una cosa: ir contra el PSOE”.

Ya en el cierre del debate, Iglesias respondió a Sánchez con otro humor: “Si usted quiere gobernar va a tener que elegir si lo hace con nosotros o con el PP. Después del 26 [de junio, el día de las elecciones] va a tener que elegir”.

Hubo algunas frases que el presidente en funciones repitió durante el debate. “Gobernar no es fácil”, fue una de ellas; la otra, que causó risas, fue: “Es que estos señores están todo el rato discutiendo de mí”. Esto fue así durante el primer bloque del debate, dedicado a la economía, un terreno en el que el gobierno se jacta de haber conseguido resultados, pero los opositores aseguran que estos son endebles. Por ejemplo, Rajoy destacó que se crearon miles de puestos de trabajo, pero los otros tres candidatos señalaron que 75% de esos puestos son empleos temporales. Las medidas impulsadas por el gobierno del PP generaron desempleo y “pobreza laboral”, dijo Sánchez, que en ese primer bloque se dedicó exclusivamente a debatir con Rajoy. El gobernante aseguró que su gobierno “evitó que España cayera en la quiebra”.

Rajoy también enfrentó ataques directos de Rivera, que en un momento le dijo que había dejado al menos dos promesas de campaña sin cumplir y le advirtió que este “no es momento de vender humo”. Agregó: “Si prometemos cosas que no se pueden cumplir, lo único que hacemos es que la gente no confíe en la política”.

Otro de los ataques fuertes fue de Sánchez durante el bloque dedicado a corrupción. “Señor Rajoy, usted tenía que haber dimitido cuando se conoció que [el ex tesorero del PP, Luis] Bárcenas tenía 40 millones en Suiza”, le dijo. “A veces yo tengo la sensación de que a usted no le interesa moralizar la política sino hacer política con la moral”, respondió Rajoy, que en otro momento, dirigiéndose a Sánchez, opinó: “Sería usted un pésimo presidente”.