El presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Wilson Netto, dijo a la diaria que la postergación de fondos de 2017 a 2018 prevista por el Poder Ejecutivo en la Rendición de Cuentas es un “nuevo enlentecimiento” en la planificación y los procesos de la ANEP, y que planteará en el Parlamento “continuar con el ritmo que tenemos organizado”.

En cuanto a la ANEP, son 793 millones de pesos los que se postergan para 2018. Netto detalló que no se verán afectados el plan de infraestructura (hay 439 edificios planificados que se mantienen), el incremento salarial acordado con los sindicatos de la enseñanza (1.300 millones de pesos) y el gasto previsto en el marco del Sistema de Cuidados para la ANEP (207 millones de pesos). “De las metas que nos hemos propuesto, las dificultades mayores que tendremos que analizar tendrían que ver con la educación media”, explicó, tanto en secundaria como en UTU. Añadió que “van a estar en juego el acompañamiento, la extensión de tiempo pedagógico y las nuevas modalidades en educación media”, y agregó que también se verá afectada la posibilidad de “ubicar capacidades humanas en los nuevos centros, lo que requiere de esfuerzos presupuestales”. “Una vez que termine el debate parlamentario tendremos que ver cómo nos posicionamos”, afirmó.

La exposición de motivos de la Rendición de Cuentas informa que en 2015 el gasto educativo representó un total de 4,56% del Producto Interno Bruto (PIB), y destaca que en 2005 la cifra era de 3,2%. De ese 4,56%, las instituciones del sistema de educación formal se llevan 3,85% del PIB: 3,05% la ANEP, 0,77% la Universidad de la República y 0,03% la Universidad Tecnológica. A eso se suman las partidas destinadas a la educación en la administración central y mediante subsidios y subvenciones con destino a la educación, que en total implican 0,49% del PIB (la educación policial y militar se lleva 0,15%, otros gastos de la administración central, 0,13%, el Plan Ceibal, 0,11% y los subsidios y subvenciones con destino a la educación, 0,10%).

La educación no formal inicial (los CAIF y el Centro de Formación y Estudios del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay) tuvo un gasto de 0,13% en 2015, y el gasto en ciencia y tecnología llegó a 0,05% del PIB (0,01% a cargo del MEC y 0,04% a cargo del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas, el Instituto Pasteur y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación).