La decisión de Citibank de cerrar en el plazo de 30 días las cuentas del Banco Central de Venezuela (BCV) limita el acceso del país a buena parte del sistema financiero internacional y lo obliga a operar con bancos europeos o de Hong Kong. Citibank era el último banco estadounidense que mantenía abierta una cuenta corresponsal con el BCV, lo que constituye el principal requisito para operar con dólares en el exterior. La decisión y la razón que la fundamenta puede dificultar que otros bancos estadounidenses accedan a abrir otras cuentas corresponsales. De acuerdo con el comunicado de la entidad financiera, la decisión se tomó como resultado de un análisis de riesgo, lo que de acuerdo con varios analistas quiere decir que las cuentas contienen fondos que el banco entiende que son sospechosos de ilegitimidad, o que al menos no están debidamente justificados.

El BCV cuenta ahora con 30 días para conseguir que otra entidad bancaria acceda a abrir sus cuentas, un requisito esencial para el funcionamiento del sistema cambiario oficial y el sistema de pagos venezolano. Si no se consigue el aval de otro banco, se agravará aun más la situación de empresas privadas y públicas venezolanas, ya que haría más difícil el acceso a los dólares necesarios para hacer operaciones de comercio exterior. En el sistema cambiario oficial venezolano, el BCV es el principal responsable de la liquidación de operaciones de divisas mediante una cuenta corresponsal, esa que en 30 días será cerrada por Citibank.

Otra de las opciones abiertas al gobierno de Venezuela sería delegar en los bancos privados las transacciones de monedas en lugar del sistema centralizado que existe ahora, una alternativa real pero que no parece factible, porque significaría un cambio radical en la política económica del gobierno de Nicolás Maduro.

El presidente venezolano fue quien el 12 de julio dio a conocer la noticia y la atribuyó a un intento de boicot financiero al país como parte de la “guerra económica” a la que está sometido su gobierno. “¿Ustedes creen que nos van a detener activando un bloqueo financiero? ¡No, señores! A Venezuela no la detiene nadie. Con Citibank o sin Citibank, nosotros vamos”, aseguró.

Maduro relacionó el cierre de las cuentas con la decisión tomada en estos días por parte de la empresa estadounidense Kimberly Clark de cerrar sus plantas en el país. Dicha empresa comunicó que el cierre se debía a la baja asignación de divisas por parte del Estado para importar materia prima. El cierre de Kimberly Clark determinaba que se dejarían de producir 33 millones de pañales, 27 millones de toallas sanitarias y 16 millones de rollos de papel higiénico por mes, aunque inmediatamente de anunciada la decisión empresarial, Maduro ordenó la ocupación de las plantas por parte de los trabajadores, con el objetivo de que se reactive esa producción.

Aunque la medida de Citibank no implica que esa firma se vaya de Venezuela, otras cinco empresas multinacionales, además de Kimberly Clark, han cerrado sus operaciones en el país en el último semestre: General Mills, Bridgestone y las líneas aéreas Latam, Lufthansa y Aeroméxico.

A fines de marzo, la fabricante estadounidense de alimentos envasados General Mills anunció la venta de todos sus negocios en Venezuela al inversionista privado Lengfeld Inc., como resultado de una pérdida de 35 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2015 y pérdidas cambiarias por siete millones de dólares. Por su parte, el fabricante japonés de neumáticos Bridgestone decidió vender su filial venezolana como consecuencia de las fuertes caídas en las ventas, que implicaban que su planta de la zona industrial de Valencia, capital del estado de Carabobo, sólo utilizara 30% de la capacidad instalada.

Lufthansa suspendió sus tres vuelos semanales entre Frankfurt y Caracas hasta nuevo aviso y la brasileña Latam canceló todos sus vuelos desde Santiago, San Pablo y Lima hacia Venezuela por tiempo indefinido. Aeroméxico, que llevaba cinco años haciendo la ruta Ciudad de México-Caracas, suspendió sus vuelos a la capital de Venezuela de forma indefinida. En los tres casos la crisis económica que atraviesa el país, así como el estricto control de cambios que hace difícil transformar las ganancias de bolívares a dólares o a euros, fueron las razones esgrimidas para explicar el cese de las actividades en Venezuela.

Citada por el diario El Nacional, Marcela Máspero, coordinadora de la Unión Nacional de Trabajadores, afirmó que con la salida de las seis transnacionales se perdieron 10.000 puestos de trabajo. “El panorama laboral no es alentador, los laboratorios nacionales y las ensambladoras redujeron sus nóminas al mínimo indispensable por la caída de la producción”, evaluó.

Anteriormente Coca-Cola, Kraft, Heinz, Clorox y American Airlines se retiraron de Venezuela por la falta de divisas, la caída de ventas o por no contar con materia prima para elaborar sus productos.

Para no morir infiel

La respuesta del gobierno venezolano a la crisis económica incluye también un nuevo plan: la Gran Misión de Abastecimiento, un operativo militar a cuyo mando se nombró al ministro de Defensa, general Padrino López. De acuerdo con Telesur, la iniciativa incluye acciones de resguardo, supervisión directa y seguimiento a la producción y los sistemas de distribución de los alimentos, medicinas y productos básicos. La idea es eliminar el mercado negro de los alimentos a partir de inspecciones masivas en las principales cadenas de distribución.

Por otra parte, por decisión del Ejecutivo, Venezuela ha pasado a convertirse en el principal vendedor de oro del mundo. De acuerdo con el diario español El País, para ajustar las cuentas públicas afectadas por la caída del precio del petróleo, el gobierno venezolano se desprendió en los últimos seis meses de un tercio de sus reservas de oro. Según datos del World Gold Council, citados por el diario español, el gobierno de Maduro vendió en lo que va del año 131 toneladas de oro al exterior, 36% de sus depósitos verificados en diciembre de 2015: la mayor venta de oro de un país en los últimos seis meses en todo el mundo.

La consultora británica Capital Economics destacaba en un informe sobre Venezuela, elaborado a fines de junio, que sólo una recuperación de los precios del petróleo o la reestructuración de la deuda con China podrían aliviar algo de presión sobre la economía. Dicha consultora afirma que China ha prestado a Venezuela desde 2005 unos 85.000 millones de dólares, que Venezuela intenta devolver ahora mediante la venta de oro.