El martes de noche, los docentes y padres de estudiantes del liceo 53, de ciclo básico y ubicado en Brazo Oriental, resolvieron ocupar el centro educativo al día siguiente, en reclamo de obras para solucionar carencias edilicias que denunciaron. Por un lado, los padres y docentes indicaron que “explotaron” baldosas del piso (hechas de un material que ya no se usa, un tema que está identificado por los arquitectos del Consejo de Educación Secundaria (CES); por otro, hay una filtración de agua proviniente del techo, que afecta la seguridad del tablero electrónico y a su vez la seguridad en la escalera; y, además, hay varias luces en cortocircuito. Según explicó a la diaria la consejera en representación de los docentes en el CES, Isabel Jaureguy, un informe de la Dirección de Infraestructura del consejo explica cuál es la situación y qué obras es necesario realizar en el edificio, además de que el lugar fue inspeccionado por UTE y la Dirección Nacional de Bomberos.

Ayer de mañana hubo una reunión del CES con representantes del núcleo de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (ADES) del liceo, en la que los dirigentes sindicales solicitaron la presencia de los consejeros en una reunión de profesores y padres que habría de tarde en el liceo. Si bien finalmente concurrió sólo Jaureguy, la consejera resolvió suspender las clases de hoy, en vistas de que ya estaban suspendidas para el sábado, previendo la realización de las reformas. “No vamos a meter a los chiquilines sin hacer las obras que estaban comprometidas”, explicó, y dijo que hoy se buscará “intentar que la obra empiece y sentarnos a negociar”. Hoy, entonces, se buscará firmar un acuerdo con los docentes para superar el conflicto.

Luis Martínez, dirigente de ADES, manifestó que el conflicto sigue y que lo que se resolvió fue dejar la ocupación “en suspenso”, en el entendido de que “no están dadas las garantías de seguridad para los chiquilines”. Jaureguy estimó que si las obras transcurren “como deberían, en base al informe del arquitecto, el lunes tendríamos que contar con condiciones aceptables para recomenzar las clases” en el liceo 53, al que concurren cerca de 900 estudiantes.