Hay quienes consideran imprescindible aprender a proteger su hogar de posibles copamientos, robos y secuestro de seres queridos. También saber cómo moverse en la calle para identificar a potenciales atacantes y no regalarse, y, por las dudas, aprender a inmovilizar personas. Adquirir la costumbre de entrar sigilosamente a su propia casa en la madrugada para poder advertir si hay alguien adentro. Hay quienes consideran necesario saber cómo zafar de una puñalada, salvar a su hijo si los malhechores lo toman de rehén, cargar un herido; en definitiva, saber cómo sobrevivir en esta sociedad en la que pululan “las amenazas”. Y hay quienes enseñan a hacerlo.

Para saber cómo “defenderte y cuidar a tu familia”, el sargento de la Policía Nacional Hugo Alonzo instruyó a algunos ciudadanos. Creó el Centro de Entrenamiento y Tácticas Especiales de Defensa (CETED), que ofrece cursos de defensa personal al estilo Krav Maga (sistema oficial de lucha usado por las fuerzas de defensa y seguridad israelíes), de guardaespaldas y “custodio VIP”, de “protección de altos funcionarios”, de “combate en zonas de alto riesgo”, seminarios de “tiro vehicular”, de “armas largas” y capacitaciones en defensa y tiro. Alonzo es un “máster SWAT”, un hombre “entrenado” en cursos internacionales que enseñan las tácticas del Special Weapons And Tactics -el grupo de “operaciones de alto riesgo” estadounidense- y que promociona en el Facebook del CETED sus cursos con leyendas del tipo “Que mis enemigos sean fuertes y bravos, para no sentir remordimiento al derrotarlos”.

El sábado, el Ministerio del Interior emitió un comunicado en el que informa sobre la existencia de un curso de combate urbano en el que se darían “instrucciones” sobre técnicas especiales a civiles “que no tuvieran problemas con la ley”, por 3.500 pesos, durante dos días: 9 y 10 de julio. Estaba previsto que se dictara en el Club de Tiro Delta, en Rivera. La Dirección General de Información e Inteligencia avisó a la Jefatura de Policía de la ciudad, se indagó a Alonzo, se le notificó que no podía enseñar a civiles tales técnicas especiales de la Policía, y se le inició un sumario administrativo.

El jefe de Policía de Rivera, Wilfredo Rodríguez, contó que había cerca de 30 inscriptos, entre ellos dos sargentos: uno argentino y otro boliviano. Alonzo ya había impartido estos cursos en Florida y Cerro Largo, y, a pedido de uno de sus alumnos, riverense, los llevó hasta ese departamento. Rodríguez explicó que aunque no hay delito, sí se le inició un sumario por violar el reglamento policial y enseñar a civiles técnicas que sólo las “fuerzas especiales” policiales (como el Grupo de Respuesta Táctica, el Grupo Especial de Operaciones, etcétera) conocen y pueden desarrollar.