Ayer se mató otra persona en el Penal de Libertad, en el tercer piso, el mismo lugar en el que la semana pasada asesinaron a un hombre de 35 años.

El Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) no brinda información relativa a suicidios y lesiones autoinfligidas. Su director, Crisoldo Caraballo, explicó que se busca evitar que se produzca un efecto de “contagio” de tales comportamientos. Según supo la diaria, el fallecido era un muchacho de 30 años que se desempeñaba como fajinero. Se quitó la vida mediante ahorcamiento.

Caraballo señaló, por otro lado, que las condiciones de reclusión influyen negativamente en el ánimo tanto de los reclusos como del personal. Aunque no dio cifras, aseguró que por el “alto estrés” del trabajo se han registrado suicidios e intentos de suicidio reiterados entre los operadores penitenciarios.

Respecto a los reclusos, entre marzo de 2014 y marzo de 2015 el 8,3% de los adultos hombres y el 6,4% de las mujeres adultas intentaron quitarse la vida. En todo el sistema penitenciario la cifra llega a 8,2% de las personas privadas de libertad (y sube a 9,8% entre los adolescentes), lo que equivaldría a cerca de 900 internos, según el diagnóstico epidemiológico de Salud y Enfermedad en condiciones de privación de libertad.

Vale recordar que el suicidio es la primera causa de muerte violenta en el país: el año pasado se mataron 643 personas. Le siguen los accidentes de tránsito, que dejaron 506 muertos, y los homicidios, con 289 personas fallecidas.