El candidato a la presidencia del Frente Amplio (FA) Javier Miranda apuesta fuerte a los frenteamplistas desencantados, y ayer lo dejó claro en un acto organizado por el Nuevo Espacio en el bar Los Girasoles, entre muzzarellas, fainás y sándwiches calientes, y con algún que otro whisky en la mesa de un acotado público.

Miranda comenzó resaltando que es necesario reforzar y renovar los comités de base, pero no reducir la actividad política a este tipo de organizaciones. “Cambió la forma de comunicarnos y socializarnos, y pensar que la práctica política tiene que ser igual que hace 45 años es profundamente conservador”, resaltó. Agregó que “hay otras dimensiones para hacer política que son significativas”, y es necesario “multiplicar y renovar las formas de participación”.

Luego el candidato indicó la importancia que va a tener la cantidad de votos en la elección. “De cuánta gente vaya a votar depende la conducción política [que surja] y mucho más”, aseguró, y resaltó que “si el 24 de julio la votación es baja, vamos a consolidar esa sensación de que ‘la era progresista ya fue’”. Acto seguido, Miranda admitió que “la fuerza política no expresa al frenteamplismo, pero si el 24 de julio te quedás en tu casa, no cambia nada”: “El voto castigo es 'no voy a votar para que aprendas', pero la jugada lleva a mantener el statu quo o incluso a agravarlo. Reivindicar la no participación es un error político. Si el FA es malo, entonces yo contribuyo a hacerlo más malo”.

Luego fue el turno del subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Pablo Ferreri, que dijo que así como no basta con hacer “más de lo mismo” en el gobierno, “necesitamos que el FA también cambie y que no nos ofrezca más de lo mismo. Para construir el Uruguay de los próximos 50 años no nos alcanza con una estructura de hace 50 años”. El jerarca también aseguró que el FA “tiene problemas de representatividad”, ya que hubo decisiones y resoluciones de plenarios y reuniones que “no reflejan el sentir del pueblo frenteamplista”.

Ferreri también cuestionó las “soluciones mágicas” que se prometieron en algunos países de la región, y que “se caen a pedazos”: “No es lo mismo ser de izquierda que ser populista”. Por último, dijo que, a pesar de estos cambios necesarios para la fuerza política, en algunas áreas es necesario ser “tremendamente conservador”: en los “valores fundacionales” del FA. “Cuando asistimos a discusiones entre la fuerza política y el Poder Ejecutivo sobre si hubo acuerdos o no en determinados temas, y hubo acuerdos mirándonos a los ojos, realmente me llama la atención”, comentó, en clara referencia al proyecto de ley de Rendición de Cuentas, el cual establece postergaciones de gastos en educación para 2018 que la mayoría de la bancada de diputados oficialistas pretende cambiar.

Chambonada

Ferreri dijo ayer que en caso de que el gobierno confirme una “tendencia” de caída del salario real en los próximos meses, se analizará la modificación de los lineamientos salariales que el Ejecutivo ha impulsado hasta el momento. “El Poder Ejecutivo seguirá de cerca esta situación”, sostuvo, y aclaró que para el gobierno “es importante que no haya pérdida salarial en el conjunto de los trabajadores”.

Por otra parte, dijo que el MEF está trabajando en conjunto con las carteras de Transporte y Obras Públicas y de Trabajo y Seguridad Social para definir la fórmula con la que se volcará la ganancia por el juicio de Philip Morris a mejorar las pasividades más bajas.

Miranda opinó que el anuncio del aumento de 200 pesos de las jubilaciones más bajas realizado por el titular del MEF, Danilo Astori, fue una “chambonada, un error de comunicación”: “Las pasividades en este país se ajustan por una pauta constitucional que ata su aumento al salario medio. Si uno va a hacer un adelanto para las más sumergidas, simbólicamente decir que van a aumentar 200 pesos es un error de comunicación. La pasividad va a subir igual, porque está atada al salario medio”.