Una explosión en la ciudad alemana de Ansbach, en Baviera, dejó anoche un muerto y diez heridos. Primero se publicó que se había tratado de una explosión accidental de gas, pero más tarde la alcaldesa Carla Seidel dijo que fue causada por un artefacto explosivo y no se trató de un accidente. De acuerdo con la agencia de noticias Efe, la detonación ocurrió junto a la entrada de un festival de música al aire libre con 2.500 asistentes, que fue suspendido por la detonación.

El ataque ocurrió cuando la amenaza de atentados terroristas genera alertas en Europa.

Ayer las autoridades alemanas investigaban las causas que llevaron el viernes a un alemán-iraní de 18 años, identificado como Ali David Sonboly y sin antecedentes penales, a matar a nueve personas en un centro comercial de Múnich. El ataque de Sonboly dejó también 35 personas heridas, y él se suicidó minutos después de que llegara la Policía al lugar.

Según las autoridades, Sonboly actuó solo, en un ataque que preparó durante un año y que no tiene vínculos con el terrorismo, según confirmó ayer en una conferencia de prensa el fiscal Thomas Sternkra-Koch. Por su parte, el jefe de Policía de Múnich, Hubertus Andrae, dijo que en la casa de Sonboly se encontró mucho material referido a “tiroteos masivos”, por lo que se cree que “investigó sobre este tema intensamente”.

La Policía también descartó que las víctimas hayan sido elegidas con algún criterio específico. Luego de examinar la computadora del atacante, las autoridades dedujeron que Sonboly invitó a un número no determinado de personas a encontrarse en un local de comida rápida con la promesa de que les regalaría algo. Allí asesinó a las primeras cinco personas. También se supo que el joven, que estuvo un tiempo bajo tratamiento psiquiátrico, compró el arma en internet. Este último dato, sumado al hallazgo de 300 balas en la mochila que llevaba el atacante, activó la alerta en Alemania y abrió el debate sobre el control de armas en el país.

La Policía parte de la base de que el joven obtuvo el arma de manera ilegal, ya que no contaba con un permiso para ello. Además, el número de serie de la pistola había sido borrado, lo que hace pensar que la compró en el mercado negro. En Alemania hay más de seis millones de armas adquiridas y conservadas de manera legal, y se calcula que el número de las ilegales se sitúa entre los 20 y los 30 millones.

El ministro del Interior, Thomas de Maizière, dijo al periódico Bild que uno de los puntos claves de la investigación es reconstruir el camino del arma antes de llegar al atacante. Una vez que se aclare ese aspecto, dijo De Maizière, hay que “examinar si es necesario hacer reformas legales para mejorar el control de armas”. En tanto, el ministro de Economía y vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, abogó por “limitar el acceso a las armas”.

En este caso se descartó un ataque terrorista al igual que en otro ataque cometido ayer, en el cual un solicitante de asilo sirio, de 21 años, mató con un machete a una mujer con la que había discutido y que trabajaba con él en una casa de comida rápida turca, e hirió a otras dos personas.