El festival internacional La escena vocal (que se extiende hasta el sábado 6) llega este año a su quinta edición, y comenzó el sábado con un recorrido por composiciones de jazz, comedia musical, ópera y canciones de música culta, en la voz de la soprano francesa Elsa Dreisig.

Hoy, a las 20.00, el mundo nocturno de la Belle Époque parisina invadirá la sala Verdi, cuando se presente el espectáculo que se estrenó, hace unos meses, en la sala principal del teatro Colón: El bello excéntrico. Un homenaje a Erik Satie a 150 años de su nacimiento, dirigido por la pianista Fernanda Morello, y con interpretaciones de la mezzosoprano tucumana Virginia Correa Dupuy (que entre muchas otras actividades ha participado en la banda sonora de la película No te mueras sin decirme donde vas -1995-, de Eliseo Subiela, con música de Pedro Aznar); y de dos bonaerenses: el barítono Víctor Torres y la titiritera y dramaturga Eva Halac, encargada de la puesta en escena, la intervención de marionetas y el diseño de luces.

“Me llamo como el Fantasma de la Ópera, como Erik el Rojo. Fui huérfano, alumno irrisorio, de una impericia astronómica. Dicen que hablé el argot de mañana. Más tarde, amé los Caligramas de [Guillaume] Apollinaire. Una carta de [Claude] Debussy me hablaba del laberinto de Knossos y sus danzas sagradas, supe que había entendido y fui su amigo. Los demás que me circundaban, antes y después de conocerme, aunque tuvieran apellidos famosos, nunca entendieron mi música ni la ansiedad que me llevaba a visitar Versailles los domingos, ni mi debilidad por las ojivas, la tinta roja, las miniaturas, la calle Condorcet, los cabarets, los barrios de baja estofa, los circos y los castillos”, se lee en Naturaleza muerta con partitura, libro inédito sobre Satie de la poeta y ensayista rosarina María Negroni. Otro ejemplo de la fascinación que despertó este maravilloso compositor y pianista es la “Milonga para Satie”, de Juan Sasturain: “Desde el día que te oí / no pude apagar la radio. / Ni las voces del estadio / me emocionaron así [...] En ese ambiente tan serio / de Ravel y Debussy / apostaste, Erik Satie, / por el humor y el misterio. / Un chiste en el cementerio, / un acorde cenestésico... / Tu repertorio analgésico / curaba la tontería: / llamaste, a tu biografía, / Las memorias de un amnésico”.

El jueves, a la misma hora, será el turno de la música de cámara italiana. En Vaga luna se presentarán la joven soprano italiana Lavinia Bini y el pianista argentino Fernando Pérez, para recorrer un amplio repertorio, desde Vincenzo Bellini a Mario Castelnuovo Tedesco, pasando por Giaccomo Puccini y Ruggero Leoncavallo.

El sábado, el recital de cierre del festival nos llevará a Alemania y Austria, de la mano de Franz Schubert y del poeta Wilhelm Müller, con La bella molinera, considerada una de las obras maestras del primero (sobre textos del segundo), que en esta ocasión será interpretada por el bajo barítono francés Edwin Crossley-Mercer y el pianista Fernando Pérez.

En paralelo, el festival ofrece clases magistrales y charlas. Mañana a las 20.00 hablará Lavinia Bini; el miércoles lo hará el director brasileño André Heller Lópes, artista de la temporada de ópera del teatro Solís; y el viernes le tocará al barítono uruguayo Darío Solari.

Gustavo Zidan, director de la sala, dijo a la diaria que La escena vocal se ha convertido en un gran aporte al área del canto lírico, además de ser una referencia para los artistas, estudiantes y aficionados a este. Por otra parte, destacó que el formato de este festival responde a un modelo poco transitado, con un componente didáctico muy definido: los conciertos incluyen subtítulos, las entradas son muy accesibles y cada espectador cuenta con un catálogo explicativo del programa y los artistas.