Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, sugirió que esa institución puede subir nuevamente las tasas de interés este año. “A la luz de la continua y sólida marcha del mercado laboral y de nuestras perspectivas de actividad económica e inflación, creo que el argumento para un alza en los tipos de interés se ha fortalecido en los meses recientes”, dijo Yellen en su esperado discurso en la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole, en Wyoming, el 26 de agosto. Sin embargo, desde ese día, la afirmación no fue complementada con un compromiso de hacerlo ya en la próxima reunión de setiembre.

La última vez que la Fed tocó las tasas fue en diciembre de 2015, cuando decidió subirlas un cuarto de punto porcentual desde cero para dejarlas en una banda de 0,25% a 0,5%. La presidenta de la Fed dijo en su discurso que el mercado laboral “rinde con solidez” y está cerca de una situación de pleno empleo, y agregó que la inflación también se aproxima al objetivo de 2%.

Pero también a quienes dirigen la institución monetaria estadounidense les preocupa su propia credibilidad, ya que son varios los analistas y agentes de los mercados financieros que piensan que en realidad la Fed no ha tomado ninguna decisión. Sus miembros incluso muestran en público posiciones ambiguas y contradictorias. John Williams, de la Fed de San Francisco, habla de la necesidad de ir con calma mientras pide subir pronto los tipos. James Bullard, de la Fed de St. Louis, dijo que setiembre podría ser un buen momento para subir las tasas (basándose en los buenos datos de empleo de junio y julio), pero también había dicho que agosto era un buen momento. “Llegó el momento de subir”, afirmó Esther George, de la Fed de Kansas City, pero matizó con que “eso no significa que haya que ir rápido”.

El organismo tiene previstas tres reuniones de política monetaria antes de que finalice el año. La más cercana es el 20 de setiembre, aunque los mercados apuntan a la última del año, en diciembre, como la más probable para que se tome la decisión. Sobre todo porque poco después de que Yellen hablara, se dio a conocer el dato del Producto Interno Bruto del segundo trimestre en Estados Unidos, que se situó en una poco convincente tasa anual de 1,1%. Yellen, cuya voluntad es decisiva, dedicó su discurso a explicar qué hará la Fed en caso de que la economía se enfrente otra vez con una recesión. Aseguró que la política monetaria dispone de las herramientas para responder de manera efectiva si las cosas van a peor.