La encargada de dar a conocer los detalles de la encuesta fue la profesora Gabriela Sanroman, su coordinadora, quien consideró que, desde el punto de vista de la investigación financiera, contar con estos datos es “clave”, ya que la encuesta recoge tanto información sociodemográfica como económico-financiera del hogar, “relevando con detalle la tenencia, composición y valor de activos y pasivos, ingresos y egresos, así como también el acceso a mercados financieros y uso de medios de pago”.

La encuesta se implementó en dos etapas: la primera, llevada a cabo entre octubre de 2012 y enero de 2013, consistió en un módulo adicional de 28 preguntas a la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística; la segunda fue un cuestionario de 500 preguntas que relevó de forma exhaustiva la situación de 3.490 hogares de todo el país entre octubre de 2013 y julio de 2014.

El sueño de la casa

62% de los hogares uruguayos es propietario de la vivienda en la que reside, proporción que aumenta con la edad de la persona de referencia, hasta los 80 años; a partir de allí se registra una reducción en la proporción de hogares propietarios, acorde al ciclo de vida.

La mediana del valor de estas viviendas -más representativa que el promedio; la mediana es el valor que está en el medio de un conjunto- es de 60.000 dólares, y aumenta con el ingreso del hogar y el nivel educativo de los integrantes. El factor determinante, sin embargo, es el patrimonio: dentro del 20% más pobre del país, sólo 4,4% de los hogares es propietario, mientras que en el quintil más rico la proporción asciende a 93%.

Sólo 13% posee otras propiedades inmobiliarias además de la vivienda en la que reside, y en este caso el valor mediano aumenta a 71.000 dólares. Por otro lado, 57% de los hogares dispone de algún tipo de vehículo, con un valor promedio de 5.000 dólares. Además, uno de cada cinco tiene algún tipo de negocio, lo que incluye algún miembro del hogar trabajando en forma independiente con o sin local, la tenencia de participaciones en empresas, inversiones en cultivos y ganado, por lo general concentrados en los estratos más altos de ingresos.

Sin embargo, sólo 18% de los hogares dice poseer activos financieros, considerados como depósitos en cuentas bancarias, títulos del Tesoro Uruguayo o de otros gobiernos, acciones de empresas, fondos de inversión, deuda emitida por empresas locales o extranjeras, y la tenencia de cualquier ahorro en dinero declarado por el hogar, de un valor de 6.800 dólares.

De acuerdo a los analistas, el peso de los activos financieros en los hogares uruguayos resulta “bajo” en comparación con otros países, lo que podría deberse a varios factores, entre los que se explicitan “el bajo grado de desarrollo del mercado de capitales en Uruguay, la baja oferta de instrumentos financieros diversificados así como los altos costos de participación en el mercado financiero”.

La cadena

La mitad de los hogares contrajo al menos una deuda, que asciende a 2.500 dólares, aproximadamente 5% del valor total de los activos. En general, la proporción de hogares endeudados es similar en Montevideo y en el interior, aunque aumenta un poco en el caso de hogares de ingresos medios y con personas de entre 35 y 50 años, algo que se justifica por la compra o refacción de su vivienda principal. En esos casos la deuda asciende a 13.600 dólares.

Los hogares de ingresos medios son los que presentan mayor proporción de crédito para el consumo de bienes no duraderos y financiamiento de compras con tarjetas de crédito, por un valor de 2.000 dólares. Estas deudas llegan a representar un tercio del pasivo total de las familias, y la proporción tiende a aumentar a medida que aumenta el ingreso.

Exceptuando la compra de la vivienda, para 29% de los hogares el motivo de endeudamiento más frecuente corresponde a la financiación de gastos corrientes como alimentos, vestimenta o calzados. En la mayor parte de los hogares la cuota de la deuda representa menos de 25% de los ingresos mensuales del hogar, en tanto que 3,8% del total sostiene que es mayor de 75%.

Riquezas negativas y positivas

La mediana de la riqueza de los uruguayos se ubica en 35.700 dólares, mientras que el promedio es de 89.600 dólares, lo que indica una fuerte asimetría en la distribución. Algunas medidas de concentración indican que 10% de los hogares posee menos de 68 dólares de patrimonio, mientras que entre el 10% más rico este es mayor a 184.000 dólares y entre el 1%, mayor a 850.000. En este sentido, los hogares que integran el 25% con mayor patrimonio tienen 35 veces más dinero que el 25% más pobre.

Considerando el índice de Gini, utilizado frecuentemente para medir la desigualdad, el cálculo para ingresos muestra un nivel de 0,381, mientras que en el cálculo para activos asciende a 0,71, y si se tiene en cuenta el endeudamiento, a 0,74. Esto muestra que la desigualdad entre los uruguayos, más que por los ingresos, está dada por los activos que se acumulan.