La explosión tuvo lugar ayer de mañana en un centro de reclutamiento de soldados leales al gobierno de Hadi, que hace más de un año se disputa el poder con los rebeldes hutíes, fieles al ex presidente Alí Abdalá Saleh, que dimitió en 2011, en el marco de la Primavera Árabe. Decenas de jóvenes yemeníes esperaban su turno para inscribirse en el Ejército, en respuesta a un llamado a alistarse para hacer frente al “avance yihadista”, cuando el atacante irrumpió en el edificio en un coche bomba y lo hizo explotar.

El Ministerio de Salud de Yemen confirmó la muerte de 54 personas, en su mayoría jóvenes, y agregó que otras 67 sufrieron heridas. Unas horas después, fuentes médicas confirmaron a la agencia AFP la muerte de 71 personas en tres hospitales distintos, aunque la cifra podría aumentar porque había heridos graves. Sólo en el hospital de Médicos Sin Fronteras murieron 45, según informó la organización en su cuenta de Twitter.

El atentado fue reivindicado por la rama de EI en Adén, que en un comunicado difundido por internet aseguró que es el autor del “exterminio de cerca de 60 apóstatas”. El grupo yihadista agregó que “el jinete Abu Sufian al Adani logró explotar su coche bomba en un centro de reclutamiento de las milicias apóstatas de Abdo Rabu Mansur Hadi”. La agencia de noticias Amaq, vinculada a EI, informó por su parte sobre “una operación de martirio efectuada por un combatiente de EI contra un centro de reclutamiento en Adén”, aunque no especificó el número de muertos ni de heridos.

El conflicto en Yemen se agravó en marzo de 2015, cuando una coalición internacional dirigida por Arabia Saudita lanzó ataques aéreos contra los hutíes, a pedido de Hadi, y desató un conflicto armado entre este grupo y las fuerzas gubernamentales. Desde entonces, los enfrentamientos causaron más de 4.200 muertos, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud.

El ataque de ayer podría ser la respuesta de los yihadistas a los anuncios hechos el día anterior, que confirmaban la voluntad de las dos partes de retomar las negociaciones de paz, una propuesta presentada por la coalición árabe -integrada por todos los países árabes sunitas del Golfo Pérsico, menos Omán- y Estados Unidos, y presentada por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. El domingo, los rebeldes anunciaron su disposición a reanudar el diálogo con el gobierno, con la condición de que la coalición militar liderada por Arabia Saudita suspenda los bombardeos contra ellos. La agencia de noticias Saba, controlada por los hutíes, informó que la oposición responderá “de forma positiva a cualquier iniciativa en base a la suspensión completa de la agresión”. Los hutíes también exigen el levantamiento de las restricciones impuestas sobre el país por las fuerzas árabes -como el embargo marítimo y aéreo-, y el embargo de armas impuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a los hutíes y a sus aliados.

El gobierno yemení, por su parte, dio la bienvenida al plan anunciado por Kerry, y garantizó su disposición a tratar “positivamente” cualquier solución al conflicto que se ajuste a la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU, que respalda el embargo a las armas de los rebeldes y prevé sanciones contra el ex presidente Saleh y Abdelmalek al Huti, líder opositor, para “garantizar la protección de la población civil, el respeto al derecho humanitario y a los derechos humanos”, según dice el texto.

Tanto EI como la facción de Al Qaeda en Yemen aprovecharon el deterioro de la seguridad en el país que causó el conflicto para expandirse y atacar. A fines de junio, 32 soldados murieron en varias explosiones contra puestos de control del Ejército en la ciudad de Al Mukala, en un atentado también reivindicado por EI. En mayo, este grupo asumió la autoría de un ataque suicida contra una comisaría en la misma ciudad, en el que murieron 12 policías, y otro en Adén, que mató a más de 40 personas que querían alistarse en el Ejército.

Los yihadistas también atentaron contra representantes del gobierno que se instaló el año pasado en Adén y contra responsables de las fuerzas de seguridad. En diciembre, EI mató al entonces gobernador de Adén, Yafar Mohamed Saad, mientras que el actual gobernador, Aidrus al Zubeidi, sobrevivió a tres intentos de asesinato.