Luego del Consejo de Ministros de ayer el gobierno anunció las fechas de los próximos encuentros del Diálogo Social. Según explicaron desde la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, la iniciativa tiene como objetivo “analizar, en conjunto con un amplio espectro de actores de la sociedad civil, los grandes asuntos que afectan a todos los uruguayos pero sin una visión cortoplacista, sino más a largo plazo. Para ponerlo en términos que todo el mundo pueda entender: se trata de algo tan vago y que está en una nebulosa tan grande que por comparación, la construcción de políticas de Estado y no de gobierno es una propuesta concreta y con límites bien definidos”. De todas maneras, las autoridades aseguraron que esta nueva ronda de encuentros tiene un objetivo concreto: “Vamos a tratar de transversalizar esto y lo otro, y cosas por el estilo”, explicó un funcionario de Presidencia de la República. Es que una de las palabras claves de todo este proceso es “transversalización”. “Mucha gente tiene la idea de que este tipo de encuentros consisten solamente en una reunión entre académicos y burócratas gubernamentales, con una proporción de gente trajeada que no para de crecer a medida que el Frente Amplio va acumulando años en el poder, que se juntan para definir, desde una visión de clase media, cómo solucionar los problemas de la clase baja. Para evitar que esto ocurra, vamos a transversalizar todo hasta que no quede una sola cosa por transversalizar”. Pero los “transversalistas” no son los únicos que quieren cambiar la imagen que tiene la ciudadanía del Diálogo Social. “Difícilmente podamos solucionar los problemas de la sociedad si no tenemos la participación de aquellos menos privilegiados. Por eso estamos seleccionando algunos pobres a los que podamos lavar, afeitar, depilar o vestir, de modo que estén en condiciones de participar en las reuniones”, explicó un jerarca del Ministerio de Desarrollo Social, quien se definió a sí mismo como “postransversalista”.