Tres semanas después de que el rey Felipe de Borbón le hiciera el encargo de formar gobierno, el presidente español en funciones, Mariano Rajoy, anunció que se presentará como candidato a una sesión de investidura en el Parlamento el martes 30. De esta manera, el líder del Partido Popular (PP) cedió a las presiones del resto de los partidos para fijar una fecha, a pesar de que todavía no tiene garantizada su reelección.

Rajoy accedió en particular a la presión de Ciudadanos, que la semana pasada presentó una serie de condiciones para votar Sí a su investidura. Una de esas condiciones era que fijara una fecha esta semana. Las otras están reunidas en un pacto anticorrupción que incluye, entre otras cosas, una investigación sobre la supuesta financiación irregular del PP.

El anuncio de la fecha lo hizo la presidenta del Parlamento, Ana Pastor, unas horas después de que sellaran el acuerdo Rajoy y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. La dirigente explicó que la primera votación, para la que Rajoy necesita mayoría absoluta, tendrá lugar el 31. En caso de no contar con el apoyo necesario en esa primera instancia, se convocará una segunda votación para el 2 de setiembre, en la que el mandatario sólo necesitaría más votos a favor que en contra. El líder conservador no cuenta hoy con los 176 votos de diputados que necesita en esa primera ronda de votaciones -tiene 170: 137 del PP, 32 de Ciudadanos y uno de la Coalición Canaria-. En una segunda votación se requerirían al menos 11 abstenciones, y la presión vuelve a caer sobre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que mantiene su “no” a Rajoy. Ayer, luego de reunirse con Rivera, el líder del PP aseguró que le pedirá “colaboración” a Sánchez.

Rivera presentó a su partido como “parte de la solución” a la crisis política de España y luego se dirigió a los socialistas: “El PSOE es el partido que puede hacer posible una gobernabilidad y reformas en este país”. Si la investidura de Rajoy fracasara en las dos votaciones, empezaría a correr el plazo de dos meses para convocar nuevas elecciones, que el nuevo calendario electoral fija para el 25 de diciembre, una fecha bastante incómoda para ir a votar en un país donde hacerlo no es obligatorio.