El documento que se filtró era la respuesta que el Ministerio del Interior alemán preparó para la solicitud de información cursada por el partido La Izquierda en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento. El informe se basa en datos recopilados por los servicios secretos alemanes en el exterior y, por “razones de bien estatal”, no se pretendía que tomara estado público.

Según el documento, desde hace años existe una cooperación de Turquía con organizaciones islamistas tanto en Cercano Oriente como en Medio Oriente, y esta política deliberada cuenta con el apoyo activo de Erdogan. El texto puntualiza que “el gran número de manifestaciones solidarias y de actos de apoyo a favor del grupo egipcio Hermanos Musulmanes, Hamas y grupos de la oposición islamista armada en Siria por parte del partido del gobierno turco del AKP [el partido de la Justicia y el Desarrollo], y el presidente Erdogan pone de relieve su afinidad ideológica con los Hermanos Musulmanes”.

El documento no califica de “terroristas” a estos grupos ni hace una acusación concreta contra Turquía. En realidad, fue la propia ARD la que abrió sus noticias diciendo que “el gobierno alemán opina que Turquía respalda a grupos terroristas” y encontró como fundamento que la organización palestina Hamas está incluida en la lista de organizaciones terroristas de la UE.

De todas formas, es la primera vez que el gobierno alemán establece oficialmente una relación directa entre el presidente turco y Hamas. El texto explica que Turquía ha intensificado las relaciones con Hamas y otros grupos islamistas desde 2011, algo que el gobierno alemán caracteriza como una “paulatina islamización de la política exterior e interior de Ankara”. Por esa razón, Turquía se está convirtiendo en una “plataforma de acción central para agrupaciones islamistas”, concluye el texto.

De acuerdo con la cadena ARD, el documento fue elaborado por el Ministerio de Interior encabezado por Thomas de Maizière, de la Unión Cristianodemócrata, y no se consultó al Ministerio de Relaciones Exteriores, controlado por los socialdemócratas, sus socios en el gobierno. “Debido a un error administrativo en el Ministerio de Interior, no se materializó la participación del Ministerio de Relaciones Exteriores”, dice un comunicado de la cartera de De Maizière difundido el martes.

El informe es “una nueva muestra del enfoque sesgado con el que se intenta desmoralizar a nuestro país, tomando como objetivo a nuestro presidente y nuestro gobierno”, manifestó el Ejecutivo turco en un comunicado. En este texto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía pide además una aclaración por parte del gobierno alemán y afirma que “combate sinceramente el terrorismo, independientemente de su origen”. Por su parte, el gobierno turco insiste en que espera lo mismo de sus “socios y aliados”, y da a entender que el origen de las acusaciones alemanas está en “ciertos círculos políticos” que apoyan la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Turquía, al que el gobierno de Erdogan considera una organización terrorista.

Luego del comunicado turco, el gobierno alemán trató de poner paños tibios a la controversia y manifestó que, pese a las nuevas tensiones, “valora” sus vínculos con Turquía. “Nuestras relaciones con Turquía tienen una importancia y una dimensión especial, en primer lugar, debido a que en Alemania viven más de tres millones de personas que tienen raíces familiares en Turquía”, dijo el portavoz del gobierno, Stefen Seibert, en conferencia de prensa. De acuerdo con la agencia de noticias Efe, Seibert no quiso dar más detalles de las informaciones filtradas y se amparó en que se trataba de documentos confidenciales que no debían ser discutidos ante la opinión pública.

Tanto Seibert como la portavoz de Relaciones Exteriores, Sawsan Chebli, recordaron que Turquía ha sido víctima de atentados yihadistas y manifestaron que la lucha contra el terrorismo internacional es un asunto de interés común.

La filtración del informe surge luego de que el gobierno alemán prohibiera, el domingo 31 de julio, la difusión de un discurso de Erdogan en la ciudad alemana de Colonia en una manifestación de apoyo al gobierno de ese país, “por razones de seguridad”. El telón de fondo es la decisión del parlamento alemán de junio de este año por la cual se reconocen como “genocidio” las matanzas de armenios cometidas por el Imperio Otomano a principios del siglo XX. ■ AP.