La tasa de desempleo en Brasil alcanzó en el segundo trimestre del año la cifra récord de 11,3% de la población económicamente activa. Se trata del mayor porcentaje desde que el indicador comenzó a ser medido, en 2012, con criterios más estrictos, informó el viernes 29 el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE). La medición supera en tres puntos porcentuales el índice registrado en el mismo período de 2015 (8,3%) y en 0,1 puntos porcentuales el 11,2% que se registró en el trimestre anterior.

Según estimaciones del organismo, el número promedio de desempleados en Brasil en el trimestre móvil concluido en junio fue de 11,6 millones de personas. Esto significa un crecimiento de 38,7% frente al registrado en el mismo período del año pasado, y de 4,5% respecto del primer trimestre.

Con el resultado del sexto mes del año, Brasil acumuló 15 meses consecutivos de caídas en el empleo formal. La última vez que el número de contrataciones superó al de despidos fue en marzo del año pasado.

Por su parte, en los últimos 12 meses, el número de empleos formales destruidos en la mayor economía de América Latina se ubicó en 1,77 millones. Según las estadísticas del Ministerio de Trabajo de Brasil, el número de trabajadores con contratos formales se redujo de 40,2 millones en junio de 2015 a 39,2 millones en junio de este año. A esa cifra contribuyó la caída de empleos registrados durante los primeros seis meses del año, un total de 531.765 puestos laborales, de acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo.

En este contexto, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, dio la bienvenida a la apertura del mercado estadounidense para la carne bovina de su país. Dijo que esto colaborará con la creación de empleos y con la apertura de otras plazas comerciales. “Este acuerdo ayudará al crecimiento y a generar uno de los primeros derechos sociales, que es el derecho al trabajo, pues no hay nada más indigno para una persona que el desempleo”, dijo Temer.

La situación del mercado de trabajo en Brasil es el reflejo de la grave recesión que enfrenta el país desde 2014 y que determinó que en 2015 la economía se contrajera 3,8%, el peor resultado en 25 años.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó la semana pasada que la economía brasileña se contraerá 3,5% este año. “Las dificultades económicas se asociaron a las crisis políticas debido a la pérdida de apoyo del gobierno en el Congreso y a los procesos judiciales contra varios partidos y políticos por cuestiones de corrupción y financiamiento de campañas electorales, que arrastraron a todas las áreas de la economía, especialmente las inversiones”, explicó la CEPAL en su informe sobre la mayor economía de la región. Los pronósticos de la CEPAL son incluso peores que los emitidos por el mercado financiero brasileño, que proyecta una contracción económica algo menor (3,27%) para este año. De confirmarse una nueva contracción, será la primera vez que la economía de Brasil tendrá dos años consecutivos de crecimiento negativo desde la década de 1930.