Después de que el viernes un avión de combate de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) se estrellara en Durazno, lo que determinó la muerte de dos pilotos que realizaban ejercicios de entrenamiento, ayer otros dos pilotos murieron cuando el helicóptero de la fuerza tuvo un accidente al aterrizar en el Aeropuerto de Carrasco. Los dos pilotos fallecidos eran el capitán Fernando de Reboledo, de 31 años, y el alférez Gonzalo Correa, de 24 años. El ejercicio consistía en hacer un aterrizaje de emergencia con el motor apagado. Ambos fueron rescatados con vida por los bomberos y derivados al Hospital Policial, adonde llegaron en coma, pero tras unas horas fallecieron como resultado de las múltiples heridas y fracturas que sufrieron en el accidente.

El lunes, en la Comisión de Defensa del Senado -que había convocado a las autoridades del Ministerio de Defensa Nacional y de las Fuerzas Armadas para que dieran cuenta del equipamiento y los recursos de cada fuerza-, el comandante en jefe de la FAU, el general del aire Alberto Zanelli, había informado que de los 81 aviones que tiene la FAU, 39,02% está operativo, tomando en cuenta tanto las aeronaves como los recursos humanos disponibles para pilotearlos. Esto, dijo, deja a la FAU en condiciones de cumplir la misión “con limitaciones y restricciones”.