De mañana la cosa no había estado muy movida, pero a medida que se acercaba la hora de la oratoria, la parte de la calle Juan Carlos Gómez que bordea la plaza Matriz se colmó de dirigentes y simpatizantes nacionalistas. Cerca de las 16.00, todavía no habían llegado los líderes partidarios -los senadores Luis Lacalle Pou (Todos hacia Adelante) y Jorge Larrañaga (Alianza Nacional, AN)-, y quien se robaba las cámaras era el ex presidente Luis Alberto Lacalle, que se sacaba fotos con todo aquel que se lo pidiera. Según dijo a la diaria, este aniversario representa “hablar del amor más grande que tengo después de mi patria, representa la raíz más honda de mi compromiso con la vida pública y representa la gran esperanza para el futuro”. Mientras el ex mandatario se sacaba fotos junto a sus seguidores, de fondo unos artistas interpretaban “Como un jazmín al país”, de Washington Benavides.

La calle, con un escenario en la esquina norte de la plaza, estaba bordeada por una decena de stands en los que se podía comprar variados artículos nacionalistas: billeteras, materas, pegotines, agendas, tazas, fotos y revistas, que, en general, reproducían rostros del escudo del PN, de Aparicio Saravia, de Wilson Ferreira Aldunate y de Luis Alberto de Herrera. Las principales novedades fueron una serie de remeras blancas y celestes con la cara de Wilson en un efecto similar al de la famosa imagen de Ernesto Che Guevara, y una edición especial de un vino tannat con el rostro de Saravia en la etiqueta. “Si te lo tomás te volvés blanco”, bromeó un diputado.

Algunos de los dirigentes más reconocidos fundamentaron la importancia de este aniversario. “Es uno de los partidos más viejos del mundo, y esto significa todo un proceso en el que acompañamos la construcción del país construyendo democracia. A pesar de no haber estado en el gobierno en muchas oportunidades, tenemos esa capacidad de estar más vigentes que nunca”, dijo la senadora Verónica Alonso (AN). También el senador Javier García (Todos) destacó esta cualidad: “El PN ha construido su historia y ha participado en la vida de Uruguay aportando los valores prácticamente desde el llano, porque ha sido un puñado de años que ha estado en el gobierno. Si eso es así y tiene la vigencia que tiene, esto habla muy fuertemente de los valores que ha cultivado, del tejido social que tiene y de su inserción”. La diputada Graciela Bianchi (Todos), que se incorporó al PN en 2013, recordó que es profesora de historia y confesó que “siempre” admiró al PN. “Siempre valoré a Manuel Oribe, que no traicionó a José Arigas; ni hablar de Leandro Gómez y Aparicio Saravia. De hecho, me recibí en el IPA con una monografía sobre Saravia”. Según Bianchi, el PN “aportó muchísimo más que cualquier otro partido a la república y a la democracia”.

La hora de la palabra

Subieron al escenario los integrantes del Honorable Directorio del PN, Lacalle Pou, Larrañaga e integrantes de la dirección de la Juventud del PN. Cuando lo hicieron los ex integrantes de la fórmula presidencial, Lacalle Pou fue el que se llevó las mayores ovaciones: “¡Presidente! ¡Presidente!”, voceaban los presentes. Luego, cuando el presidente del directorio, Luis Alberto Heber, enumeró a los integrantes de ese organismo, también se pudo apreciar cuáles eran las preferencias del público: la más aplaudida fue, por lejos, la diputada Gloria Rodríguez, y también recibieron fuertes aplausos la ex legisladora Beatriz Argimón y el diputado Pablo Abdala.

Heber hizo un breve discurso en el que intentó definir la “ideología” del PN. “Hay quienes sostienen que hay que tener más igualdad y menos libertad, y hay quienes sostienen lo contrario. Nosotros creemos en el equilibrio”, dijo. Luego destacó que el partido “no tiene dogmatismos” y que, en un mundo que cambia, “ha podido superar modas y tiempos para servir a la patria”. Finalmente, llamó a la unidad del PN, “herramienta fundamental para cambiar el país y ganar las elecciones”.

Le siguió Larrañaga, que defendió que los blancos utilicen la palabra “compañeros”, ya que “es nuestra”: “Usando la palabra ‘compañeros’ Saravia llamaba a sus soldados”. En un discurso muy enérgico, y apelando a la mística nacionalista, dijo: “No sólo nos convocan las revoluciones que hicimos, sino también las que haremos en nombre de la libertad, la inclusión y la justicia”. Finalmente, arremetió contra el Frente Amplio haciendo referencia a aquellos que están “llenos de soberbia” y “empachados en el poder y se olvidaron de la gente. Nos dejaron la educación en manos de corporaciones gremiales que tienen trancada la rueda de la reforma y el progreso educativo”.

El último en hacer uso de la palabra fue Lacalle Pou, quien destacó lo mismo que habían señalado antes los legisladores nacionalistas: “Es increíble que un partido que ha estado más de 90 años en la oposición tenga la vitalidad que tiene”. El senador recordó la interpelación que Rodríguez le hizo a la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, en la Cámara de Diputados, por el traslado del Centro Tiburcio Cachón: “El PN dio una muestra de que no hay causa chica o causa grande, sino causa justa, en la voz de Gloria Rodríguez”. Luego sostuvo: “Aquellos que vinieron montados bajo la sensibilidad social, cuando le hablamos de un uruguayo, de diez y de 100, nos devuelven porcentajes, gráficas y estadísticas, que es la primera manera de no hacerse cargo, porque despersonalizan las situaciones que tienen cara, corazón y necesidad”.