Fue la tarde perfecta para los violetas. Todo lo que intentó, todo lo que aplicó, todo lo que predicó, le salió. No hubo, casi, una sola falla del equipo del Parque Rodó, que logró sellar una contundente victoria 5-0, que hizo delirar a todos los hinchas que se arrimaron hasta el Parque Saroldi, en una tarde dominguera de un frío intenso.

Todo arrancó bien para los visitantes en el Prado, porque Defensor Sporting alineó un claro 4-4-2, con Facundo Castro, imparable, y Gonzalo Bueno por afuera, que generó mucho peligro y fue una pesadilla para los laterales darseneros. En 15 minutos de partido, el equipo de Eduardo Acevedo llegó tres veces al arco defendido por Gastón Olveira, que pudo contener un cabezazo del sanducero Maximiliano Gómez y un posterior remate de Nicolás Olivera. Hasta ahí, todo bien.

Lo de River Plate se acentuó con el paso de los minutos. La arbitrariedad para salir del fondo, generalmente con balón dominado, hizo que los visitantes aplicaran un veloz pressing que en el correr de la tarde fue dando sus frutos. El juego de los de JR consistió en abrir las bandas con Mauro da Luz o con el brasileño Thiago Silva, pero la cosa no funcionó. Defensor estuvo más enchufado, probó varios circuitos de juego y alternó los espacios según los huecos que aparecieron.

El gol se veía venir y cayó en el momento más justo. Facundo Castro le metió un preciso pase a Matías Zunino, que se escapó por la derecha, siguiendo el manual del lateral. Tiró el centro rastrero y, como el mejor 9 del mundo, apareció el Nico Olivera con un precioso taco para abrir el tanteador y festejar con bailecito. Bastaron unos minutos para que llegara el segundo, cuando Iván Silva rechazó una pelota en la salida, que Gonzalo Bueno robó con alma y vida. Tras el quite, el delantero asistió a Facundo Castro, que estampó un bombazo para irse al descanso 2-0.

En el complemento vino lo mejor y también lo peor. Carrasco mandó a Giovanni González y Federico Pintos para intentar frenar las estampidas violetas, pero no le salió. Como si estuviese guionado, Defensor ensayó una bonita triangulación, de Nico para Castro y de él para Bueno, que terminó con un golazo de cabeza de este último. Con la toalla ya tirada, JR mandó a Agustín Ale para cerrar el fondo, pero otra vez la solución no llegó desde el banco. Eduardo Acevedo movió únicamente una ficha, con el propósito de tener más movilidad: ingresó Emilio Zeballos al lateral (por Facundo Castro) y Matías Zunino se fue al mediocampo. Ese cambio le dio más precisión en la mitad de la cancha, y la pelota fue siempre violeta. A los pocos minutos fue el propio Zeballos el que recibió el balón por la derecha y mandó el pase al medio, que Olivera dejó pasar entre sus piernas y que encontró solo, de cara al arco, a Matías Cabrera para el 4-0.

Con el clima muy caldeado entre los parciales darseneros, el partido se interrumpió en dos oportunidades por incidentes; en esos minutos cayó el quinto gol defensorista, producto de una gran apilada del sanducero Gómez y un pase al costado para que Matías Zunino marcara el último y definitivo tanto en la fiesta violeta en el Prado.