Lo anunció su círculo de allegados ayer de noche, frente a su casa: el ex preso de la cárcel de Guantánamo Jihad Diyab abandonó la huelga seca que llevaba a cabo desde hace 14 días en reclamo de que gobierno que haga gestiones que le permitan reunirse con su familia en un país árabe. “Diyab se sintió muy decepcionado con el gobierno, porque incumplió lo que le habían dicho en las últimas 24 horas sobre una solución concreta”, dijo a la diaria Andrés Conteris, allegado al refugiado sirio y activista estadounidense por los derechos humanos. Diyab aceptó volver a tomar agua, “por la esperanza de la reunificación y para ganar tiempo”, hasta el lunes que viene, aseguró Conteris, pero continuará con la huelga de hambre que arrastra desde hace más de un mes.