Desde principios de mes, Nicaragua es el nuevo hogar del ex presidente salvadoreño Mauricio Funes, que se considera un “perseguido político” en su país y afirma que su vida allí corre riesgo. Funes, el primer presidente que gobernó El Salvador en nombre de la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), buscó protección en otro país bajo el argumento de que la extrema derecha, agrupada en la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena), lo persigue e incluso podría atentar contra su integridad física.

De hecho, el ex mandatario dijo desde suelo nicaragüense que los dos casos judiciales que enfrenta en El Salvador, en los que se investiga si cometió delitos de corrupción, forman parte de una “venganza” de los ultraderechistas que, según denuncia, operan como infiltrados en el Poder Judicial. Funes es acusado de enriquecimiento ilícito por más de 700.000 dólares y será sometido a un juicio civil el 15 de noviembre, según confirmó el martes la Fiscalía de El Salvador. La Cámara Segunda de lo Civil informó además que admitió todas las pruebas presentadas por las dos partes, incluido el testimonio de Funes. En este proceso civil también son investigados la ex esposa de Funes, Vanda Pignato -actual secretaria de Inclusión Social del gobierno-, y su hijo Diego Roberto Funes Cañas, de 25 años, que también fue asilado en Nicaragua.

Además, Funes enfrenta una investigación penal, también por enriquecimiento ilícito y por “posible” lavado de dinero durante su gestión, y la Fiscalía salvadoreña lo acusa de favorecer con contratos a un amigo suyo, el empresario Miguel Meléndez, lo que motivó una serie de allanamientos en las empresas de este y en propiedades de Funes. El ex presidente calificó esos operativos de “show” político.

Una vez en Nicaragua, el ex mandatario negó que su salida del país sea un intento de “evadir la Justicia salvadoreña”, como criticaron varios sectores, y la semana pasada aseguró que está dispuesto a testificar en el proceso civil que comienza en noviembre. Al respecto, el abogado de Funes, Enrique Araujo, aseguró que la defensa ofreció como prueba de descargo que su defendido brinde una declaración y que está analizando los “medios técnicos” que se pueden utilizar para que Funes testifique sin tener que volver a El Salvador.