La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, anunció ayer los detalles del que será el primer campamento para refugiados en una ciudad europea tan “densamente urbanizada”. El proyecto incluye dos centros de albergue temporal: uno que recibirá a 400 hombres -que abrirá a mediados de octubre- y otro que recibirá alrededor de 300 niños, mujeres y familias, cuya apertura está prevista para antes de fin de año. En mayo, Hidalgo -del gobernante Partido Socialista- dijo que presentaba el proyecto para equilibrar la inacción del gobierno del presidente François Hollande en esta materia.

El objetivo principal es darles refugio a los inmigrantes que viven en la calle mientras tramitan su ingreso a refugios temporales, explicó ayer Hidalgo. “Viven en condiciones indignas. No podemos tolerarlo”, consideró. La alcaldesa dijo que el campamento se enmarca en la búsqueda de “formas nuevas de superar la situación” de los refugiados en Francia, que ingresan a un sistema que se encuentra “saturado”, y agregó: “Estos campos para inmigrantes reflejan nuestros valores”. Al respecto, la ministra francesa de Vivienda, Emmanuelle Cosse, dijo que en el campamento de la llamada “jungla de Calais” se hacinan entre 7.000 y 10.000 refugiados que esperan viajar a Reino Unido, aunque la mayoría decide quedarse en Francia.

El centro que abre sus puertas el mes que viene está construyéndose en Porte de la Chapelle, al norte de la capital francesa, y contará con 100 habitaciones para cuatro personas cada una, talleres, baños, zonas de descanso, terrazas, espacios verdes, wi-fi y canchas de fútbol. También tendrá un centro especial de atención médica y psicológica, donde se informará a los inmigrantes sobre sus derechos de asilo antes de derivarlos, en un máximo de diez días, a uno de los 160 centros de refugiados repartidos por todo el país.

El arquitecto del complejo, Julien Beller, dijo a la prensa que el campamento será “efímero pero digno” y estará abierto sólo por 18 meses. Por eso, la mayoría de las instalaciones estarán hechas a partir de módulos transportables y desmontables. El otro centro estará ubicado en Ivry-sur-Seine, en el sur de París, y tendrá las mismas características.

El proyecto, que incluye los dos centros, supone una inversión de más de siete millones de dólares -80% será financiado por la alcaldía de París y el resto por el gobierno francés- y estará gestionado in situ por la organización civil Emaús, que trabaja con personas en situación de calle. Los gastos de esta gestión estarán a cargo de la alcaldía. La ministra Cosse dijo ayer que “no se realizarán controles policiales dentro del campo de refugiados” a pesar de que el país está en estado de emergencia desde noviembre y vive entre fuertes medidas de seguridad, tras los recientes atentados yihadistas.

La derecha francesa no demoró en reaccionar al anuncio de Hidalgo. El partido Los Republicanos publicó en su página web un comunicado en el que exhorta a la población a “no ceder” al “idealismo que el pensamiento dominante pretende dictar”. El texto agrega que “Francia no puede recibir a los que no cumplen con las reglas del derecho de asilo”, que “deben ser reconducidos a sus países de origen”, para que las reglas internacionales sobre los refugiados “no pierdan sentido”. El ultraderechista Frente Nacional, en tanto, dijo en otro comunicado que el proyecto presentado por la alcaldía parisina es “irresponsable” y que “agrega más inseguridad” a un barrio “ya carcomido por la prostitución, la droga y la precariedad”.