En Marea y Elkarrekin Podemos son las nuevas fuerzas de izquierda que surgieron en la política de Galicia y el País Vasco. En ambos casos se trata de coaliciones integradas por partidos que también se presentaron unidos en las elecciones españolas de junio, entre ellos Izquierda Unida y Podemos. En la votación de ayer, esas coaliciones restaron apoyo a los socialistas, que en total perdieron 11 diputados y 133.000 votos. Esta caída modificó el escenario en los dos parlamentos.

En Galicia el PP mantuvo sus 41 escaños, más de la mitad de los 75 que tiene el Parlamento gallego. En la posición de la segunda bancada quedaron empatados En Marea y el Partido Socialista, con 14 bancas cada uno. Los partidos que ahora conforman En Marea contaban con una bancada de nueve diputados y ayer ganaron otros cinco, y los socialistas tenían 18, de los cuales perdieron cuatro.

En el País Vasco el PNV amplió su bancada en el Parlamento de 27 a 29 diputados, pese a lo cual serán necesarias negociaciones para que el lehendakari Iñigo Urkullu continúe en su cargo, ya que precisará 38 votos a favor en el Parlamento. La segunda bancada seguirá siendo la de la coalición de la izquierda abertzale, EH Bildu, aunque contará con menos representantes: 17 en lugar de 21.

Elkarrekin Podemos logró 11 diputados, una irrupción notable si se tiene en cuenta que los partidos que conforman la coalición no contaban con representación previa en el Parlamento vasco. Además, Elkarrekin Podemos pasó a ocupar el lugar de tercera bancada, que antes pertenecía al Partido Socialista.

En las elecciones de ayer, los socialistas tuvieron sus peores resultados en las dos comunidades autónomas que eligieron autoridades. En el País Vasco sufrieron su mayor derrota: perdieron 85.800 votos y siete escaños, con lo cual su bancada pasa de 16 a nueve diputados. También el PP sufrió una reducción de su bancada en el País Vasco, donde ahora tendrá nueve y no diez diputados, pero su victoria en Galicia lo dejó en una mejor posición después de las elecciones de ayer.

En una breve comparecencia ante la prensa, el secretario de Organización de los socialistas, César Luena, reconoció que los resultados “no son positivos”, pero señaló que esta fue “una campaña con condiciones muy difíciles” para el PSOE. Por su parte, el líder de los socialistas gallegos, Xoaquín Fernández Leiceaga, reconoció los malos resultados y dijo que su partido hará una “reflexión seria” en los próximos días. En el País Vasco, la candidata a lehendakaritza por los socialistas, Idoia Mendia, también reconoció el “mal resultado” y anunció un período de reflexión.

La derrota deja en una posición muy difícil a Sánchez, que lidera un PSOE dividido entre quienes creen que debe permitir la investidura de Mariano Rajoy por otro período como presidente del gobierno español y los que consideran que Sánchez debe buscar un acuerdo para formar gobierno con otros partidos de izquierda. Esto sucede a sólo días de que el sábado se celebre el Comité Federal, donde el debate sobre la situación política de España, e incluso sobre Sánchez, estará a la orden del día.

La situación del PSOE fue mencionada por la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, que valoró los resultados de las elecciones. “Es una evidencia que el PSOE ha cosechado en Galicia y el País Vasco el peor resultado de su historia. Eso merece una reflexión, todos tenemos que hacerla y algunos en una medida importante”, opinó. En clave nacional, agregó: “Los gallegos y los vascos han apostado por gobiernos que les den tranquilidad y se ha castigado el bloqueo institucional”.

Cospedal no se refirió a que algunas voces dentro del PP, recogidas por los diarios El País y El Mundo, ya señalan que Alberto Núñez Feijóo -presidente reelecto de la Junta de Galicia- podría ser una alternativa al propio Rajoy si su investidura continúa siendo bloqueada por los socialistas.

Esas voces tampoco se vieron reflejadas en el discurso de Feijóo, que al celebrar los resultados electorales aseguró que su victoria es la del “PP en toda España” y recordó que Rajoy estuvo a su lado en la mitad de los actos de campaña. “Somos un gran partido”, que está “lleno de gallegos”, dijo Feijóo antes de concluir: “Esa es una buena señal para todos”.

A su vez, en el País Vasco, Urkullu celebró su victoria y se comprometió a dialogar con todos los partidos para acordar un gobierno que cuente con “estabilidad y fortaleza”.