“Conquisté el derecho de andar con la cabeza erguida”, dijo el ex presidente, emocionado, antes de agregar: “Prueben que cometí actos de corrupción e iré a entregarme a pie, como las personas van a pie a la [virgen] Aparecida del Norte para pagar por sus pecados”.

Lula, que el miércoles fue acusado por la Fiscalía de corrupción y lavado de dinero, dijo que hablaba como “un ciudadano indignado por las cosas que están sucediendo en Brasil” y no como un ex presidente y se jactó de haber creado “el partido de izquierda más importante de América Latina”. Además, aseguró que “sólo Jesucristo” es más popular que él en Brasil, pero que, aun así, “nadie está por encima de la ley”.

“Compañeros, no piensen que estoy desanimado o lastimado. Estoy orgulloso de saber que me persiguen por las cosas buenas que hice para el país”, concluyó el ex presidente.