Como era de esperarse, la decisión de que Venezuela no pueda ejercer, en los hechos, la presidencia del Mercosur, resuelta con los votos de Brasil, Argentina y Paraguay y con la abstención de Uruguay, molestó de forma notoria al país caribeño. La declaración de los cancilleres de estos cuatro países establece que “por razones de urgencia y a fin de asegurar el funcionamiento del Mercosur, los cuatro estados partes signatarios del Tratado de Asunción definirán los cursos de acción y adoptarán las decisiones necesarias en materia económica y comercial y otras materias esenciales”. A su vez, las negociaciones “con terceros países y grupos de países serán coordinadas por los cuatro estados partes signatarios del Tratado de Asunción”.

La canciller venezolana Delcy Rodríguez rechazó lo resuelto por los socios “fundadores” y aseguró que esta decisión viola la legalidad del bloque. “Venezuela, en ejercicio pleno de la presidencia pro témpore del Mercosur, y en resguardo de sus tratados, rechaza la declaración de la Triple Alianza”, sostuvo en su cuenta de la red social Twitter, en referencia a Brasil, Argentina y Paraguay. En cambio, la oposición venezolana celebró la resolución. Un comunicado de la Mesa de la Unidad Democrática consideró el hecho como una “derrota” del gobierno de Nicolás Maduro, y dijo que el mandatario inicia el Movimiento de Países No Alineados “débil y sin credibilidad, no sólo por el repudio que le tiene el pueblo de Venezuela, sino también porque fue derrotado por el Mercosur”.

La abstención de Uruguay fue explicada por el vicecanciller José Luis Cancela, que dijo que “si Uruguay no se abstenía, el Mercosur habría entrado en una parálisis”. El jerarca explicó que la resolución de los cancilleres le da plazo a Venezuela hasta el 1º de diciembre para incorporar la normativa del bloque a su legislación: unas 300 normas entre las cuales se cuenta el Acuerdo de Complementación Económica Nº 18, “que es la madre de la relación comercial” entre este país y los demás miembros del bloque. El tiempo para la aprobación de esta legislación se había vencido el 12 de agosto, pero, indicó Cancela, Uruguay propuso la necesidad de extenderle el plazo a Venezuela, ya que “suspender a Venezuela [que era la propuesta de los demás países] no era ni es el criterio” del gobierno encabezado por Tabaré Vázquez. Si para el 1º de diciembre el país caribeño no incorpora la normativa del bloque, entonces sí “se vería suspendido en el ejercicio de los derechos que le corresponden como Estado parte”.

El diputado Daniel Caggiani, vicepresidente del Parlasur, interpretó que la posición de Uruguay fue “inteligente” y “prudente”, ya que “busca poder salvar el funcionamiento del bloque en estos momentos, hasta que la presidencia la pueda asumir Argentina”. Según dijo, es un “mamarracho jurídico” sancionar a Venezuela por incumplir la normativa “cuando en ningún tratado se establecen sanciones para los países que no integren la normativa del Mercosur”. Además, sostuvo que ninguno de los integrantes del bloque incorporó toda la normativa, por lo que “mañana cualquiera de los cinco países podría ser sancionado bajo el mismo argumento”. Respecto de la presidencia pro témpore del bloque, Caggiani interpretó que la declaración de los cancilleres en ningún momento la menciona.

En cambio, el Partido Comunista del Uruguay (PCU) emitió una declaración en la que no sólo rechaza la resolución, sino que también expresa su discrepancia con la postura del gobierno. Esta nueva manifestación, asegura el sector, “es parte de la contraofensiva del imperialismo y las derechas para asegurar el alineamiento del continente con el ajuste global en marcha”, en el marco de una decisión de “volver al Panamericanismo”, que implica reducir a su mínima expresión o, directamente, destruir a la Unión de Naciones Sudamericanas, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y también alinear al Mercosur en esa perspectiva. La retracción del Mercosur a “un espacio meramente comercial”, asegura el PCU, es “funcional a una inserción internacional subordinada a Estados Unidos”. Para el sector, “avalar estos procedimientos, solamente sustentados en el poder de quienes los impulsan, implica graves riesgos para Uruguay en la perspectiva futura”.

El que sí aplaudió la decisión fue Luis Almagro, ex canciller uruguayo y actual secretario general de la Organización de Estados Americanos, quien ejerció como ministro de Relaciones Exteriores cuando Venezuela ingresó al Mercosur, en 2012. “Saludamos decisión de Mercosur sobre Venezuela, conforme a derechos y principios democráticos”, escribió en Twitter.