Los comandantes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) viajaron ayer, protegidos por un amplio despliegue de las Fuerzas Armadas y la Policía, a Cartagena de Indias, donde hoy se firmará el acuerdo de paz que alcanzó con el gobierno en La Habana. Al acto también asistirán 17 presidentes, entre ellos los de países que mediaron en las negociaciones, como el cubano Raúl Castro y la chilena Michelle Bachelet. Por Colombia, participarán los gobernadores de las distintas regiones y representantes de organizaciones civiles. La ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, dijo que con las 2.500 invitaciones que fueron acordadas entre el gobierno y las FARC se buscó que esté representada “la Colombia que ha sufrido” y “la Colombia que festeja el cierre de las puertas de la guerra y la apertura de las puertas de la paz”.

Antes de que los comandantes de las FARC partieran hacia Cartagena, la Décima Conferencia Nacional Guerrillera, máximo órgano de decisiones de las FARC, aprobó los acuerdos de paz que se alcanzaron.

“Se acabó la guerra”, dijo ante periodistas Iván Márquez, uno de los líderes de la guerrilla. Agregó que el respaldo al acuerdo fue unánime entre los 200 representantes de los distintos frentes armados de las FARC. En el encuentro, el máximo líder de la guerrilla, Timoleón Jiménez o Timochenko, aseguró que “es tiempo de paz en Colombia”.

El cierre de la Décima Conferencia Nacional Guerrillera fue también el punto de partida para nuevos procesos en el interior de las FARC. El grupo armado comenzará a trabajar en estas semanas en la preparación de un congreso fundacional de su movimiento político, que tendrá lugar en mayo de 2017 a más tardar. Además, el Estado Mayor de las FARC fue ampliado de 32 a 61 miembros y le fueron atribuidas las potestades para dirigir todo el proceso de ahora en más.

Márquez dijo que el futuro movimiento político formará parte de “una gran convergencia nacional que abarque el espectro de las luchas sociales y populares” y que “deberá tener la capacidad de construir poder social y político desde abajo y, al mismo tiempo, de disputar el poder del Estado”. El jefe negociador de las FARC también planteó que el nuevo movimiento político insistirá en la necesidad de una Asamblea Constituyente en Colombia, una meta que buscará mediante la articulación de distintas formaciones políticas. Todo este proceso, aclaró Márquez, está sujeto a que el acuerdo de paz sea aprobado por los colombianos en el plebiscito del 2 de octubre y a que los acuerdos sean implementados por el gobierno.