Después de siglos de focalizar la mirada en el hambre, hoy la humanidad enfrenta el enorme problema del sobrepeso y la obesidad. Según un informe que presentaron hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), unos 360 millones de personas en América Latina y el Caribe (58%) tienen sobrepeso, y unos 140 millones (23%) son obesas.

Las cifras en el caso de Uruguay superan el promedio regional. La prevalencia de sobrepeso entre los adultos uruguayos fue de 61,7% en 2014, y la de obesidad en el mismo segmento de población fue de 26,7%. A su vez, la tendencia muestra que la situación empeora para las mujeres: en más de 20 países de la región, la tasa de obesidad femenina es diez puntos porcentuales mayor que la de los hombres.

La situación es más crítica entre los niños menores de cinco años. El Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional indica que el sobrepeso en esa franja etaria pasó de afectar a 7,7% en 2011 a 10,5% en 2013, cuando el promedio regional se ubicó en 7,1%, unos 3,9 millones de niños.

El informe señala que uno de los factores que explican en mayor medida el aumento de la obesidad y el sobrepeso es el cambio en los patrones alimentarios. En particular, se destaca el consumo de alimentos ultraprocesados -bebidas gaseosas, snacks y comida rápida-, a los que el asesor de la OPS Enrique Jacoby define como “fórmulas químicas que combinan a la perfección azúcar, sal y grasa”, buscando generar adicción en el cerebro.

Una vez más, se constató que Uruguay supera el consumo promedio de la región por casi 20 kilos anuales. Mientras que entre los residentes de América Latina y el Caribe el consumo de alimentos ultraprocesados es de 129,6 kg anuales per cápita, Uruguay presenta un consumo de 149,5 kg anuales per cápita, cifra que lo ubica en el cuarto puesto del ranking regional. Según los organismos internacionales, “más preocupante aún” es la tendencia actual, en aumento, de 7,2% anual.

Por otro lado, el documento destaca que se logró reducir “considerablemente” el hambre: al día de hoy, sólo 5,5% de la población en la región vive subalimentada. El Caribe es la subregión con la mayor prevalencia de este problema (19,8%), en gran parte debido a que Haití posee la tasa más alta del planeta, de 53,4%.

Asimismo, se señala que la desnutrición crónica infantil presentó también una evolución positiva: cayó 13,2 puntos porcentuales en los últimos 25 años, de 24,5% en 1990 a 11,3% en 2015, lo que afectó a unos 7,8 millones de niños. A pesar de esto, que la FAO y la OPS consideran “un gran avance”, actualmente todavía hay unos 6,1 millones de niños que padecen desnutrición crónica y unos 700.000 que sufren desnutrición aguda, lo que representa 1,3% de los menores de cinco años.

Ante estos problemas, los organismos reconocen el avance de países como Barbados, Dominica y México, en los que hay impuestos a las bebidas azucaradas, y de Bolivia, Chile, Perú y Ecuador, que aprobaron leyes de alimentación saludable que regulan la publicidad y el etiquetado de alimentos.

Los organismos destacan en Uruguay el “proceso de desarrollo” de distintas herramientas de la política pública, como el lanzamiento, el 8 de diciembre, de las Guías de alimentación para la población uruguaya, elaboradas por el Ministerio de Salud con apoyo de la FAO, la OPS y UNICEF. También hacen hincapié en los “avances para el abordaje de las temáticas de advertencias sanitarias y etiquetado sobre el excesivo consumo de sal, azúcar y grasas”.