Ayer fue condenado a la pena de muerte Dylann Roof, de 22 años, por matar a tiros en 2015 a nueve personas que rezaban en la Iglesia Africana Metodista Episcopal de Charleston (en Carolina del Sur), cuyos feligreses eran en su mayoría afrodescendientes. Según el diario The Washington Post, una condena de este tipo requiere unanimidad de los miembros del jurado a cargo del caso. El jurado que dictó la pena ayer ya había declarado a Roof, en diciembre, culpable de 33 cargos, 18 de los cuales se castigan con pena de muerte. La defensa había argumentado que Roof es “delirante” y “anormal”, pero el juez del caso, Richard Gergel, consideró que era imputable.

“Todavía siento que tenía que hacerlo”, dijo Roof en su declaración final en el juicio, en la que destacó que bastaba que uno de los integrantes del jurado se opusiera para que no fuera condenado a muerte. Según informó la agencia de noticias Efe, Roof había confesado que cometió la matanza y dijo que eligió esa iglesia porque es una de las más antiguas y más activas en la defensa de los derechos civiles de la población negra.